Hace tres años María Noelia Santinello ingresaba a la sala de cuidados intensivos del Heca luego de que su pareja la prendiera fuego en la casa donde vivían en Ayacucho al 1700, en barrio República de la Sexta. Allí, la docente estuvo un mes internada peleando por su vida a raíz de las lesiones en la cara, cabeza, pecho, brazos, piernas y vías respiratorias. Tres años más tarde, llega a su fin el juicio y la víctima aguarda la sentencia, prevista para este martes: la fiscalía pide 21 años de cárcel para su ex pareja, quién trabajaba en la cartera de Educación.
A la espera de la resolución de la Justicia, Noelia contó en primera persona en De12a14 (El Tres) cómo se encuentra de salud, cómo fueron estos últimos tres años y aclaró que aquel día, cuando la golpeó, luego la quemó, la llevó al Heca diciendo que se había intentado suicidar, “no fue el primer intento de femicidio, sino que, fue el último de varios”.
Además, remarcó que “ella es una de todas las víctimas” del agresor. “Yo soy la que se llevó la peor parte, pero somos muchas víctimas de la misma persona”, sostuvo.
Al ser consultada sobre cómo se encuentra, en el último tramo de la instancia judicial, respondió: “Intenso. Satisfactorio. Muy acompañada. Sigue siendo una lucha. Tres años parece un montón pero en realidad me sirvió para llegar entera, para poder mostrar una realidad que fue absolutamente cruda, cruel y terrorífica. Este terror no lo tiene que volver a sentir absolutamente nadie”.
Noelia, quien se desempeñaba como docente y todavía no pudo volver a trabajar, aseguró que confía en la Justicia, que la “acompañó” así como “respetó sus tiempos”. “Quiero que cumpla la condena y que pague”, aseveró.
Acerca de su salud. “En cuadro general estoy muy bien. La evolución de mis quemaduras se está resolviendo de la mejor forma posible. A nivel respiratorio estoy mucho mejor, sin embargo, aún no puedo digerir alimentos sólidos. Como alimentos semiblandos porque tengo dificultades en la deglución”, comentó.
La hija de Noelia tenía 11 años cuando su pareja la intentó matar. Casi sin poder disimular la emoción de una madre sobre la pequeña, que ahora está por cumplir 15, dijo: “Tuvo su proceso de acompañamiento terapéutico. Ella es mi luz, mi motor”.
A modo de cierre, Santinello sumó: “Como víctima yo entiendo que estoy viva, pero, tambien represento a todas las víctimas que no están. Muchas mujeres perdieron la vida”. “Fue una realidad cruda y terrorífica que la estoy intentando transformar en amor”, reflexionó.