Micaela, mamá de Candelaria, la niña de cinco años que murió al ser alcanzada por una bala perdida cuando jugaba en la vereda de una casa de barrio Alvear en los festejos de Navidad, habló este miércoles a diez días de aquel 25 de diciembre trágico, atravesada por el dolor de la pérdida, la falta de respuestas desde el Estado y el pedido latente para que se haga justicia. “No sé cómo vamos a hacer, no le encontramos explicación”, dijo.
La noche de Navidad, Candelaria estaba jugando con amigos y primos en la vereda de una casa de Iriondo al 3900, en la zona sur de Rosario, cuando de repente cayó al piso producto de una bala perdida que le impactó en la cabeza, causándole la muerte. Por el hecho fue detenido un vecino de la familia identificado como Juan Gabriel C., de unos 30 años, alguien a quien la madre de la víctima dijo no conocer.
En contacto con el programa El Contestador (Radio 2), Micaela expresó que atravesaron un Año Nuevo “muy doloroso” por no tener a Cande, pero que junto a su marido hacen todo lo posible para intentar seguir adelante: “Tenemos altibajos, pero nos quedamos tranquilos porque con ella dimos todo”.
Por otra parte, también en relación a los días posteriores a la muerte de su hija, la mujer reveló que, llamativamente, ningún funcionario del gobierno de Santa Fe ni de la Municipalidad de Rosario se contactó para brindarles apoyo o asistencia como familiares de una víctima.
“Nada, lo único que vi, que sí me indignó un poco, es al intendente (Pablo Javkin) que salió a hablar de la muerte de Cande y como que la minimizó. Nadie me llamó, salvo sus colegas”, dijo en relación a los periodistas.
Sobre la Nochebuena y el trágico episodio en la madrugada de Navidad, Micaela recordó que no estaba junto a Candelaria al momento del impacto de la bala porque se encontraba en otro sector de la casa y aseguró que no escucharon “nada” fuera de lo habitual en relación a los festejos en el barrio. “Había chicos tirando cohetes, fuegos artificiales, Cande era muy miedosa, no le gustaba, pero ese día estaba tranquila con amiguitos y primos, fue todo muy raro”, contó.
Para ella y para el resto de la familia, que una persona decidiera efectuar disparos al aire para “celebrar” fue algo que nunca vieron de cerca en su barrio, aunque sí en otros cercanos como Alvear, según recordó.
Cuando los médicos confirmaron que la nena tenía muerte cerebral, Micaela y su esposo decidieron donar sus órganos: “Nunca lo dudé cuando plantearon la situación, que ya era irreversible, lo charlamos con mi marido y aceptamos automáticamente, tengo el consuelo que es lo que llevo en estos días, Cande vino con un propósito y capaz que era ese”.
“No quería ser egoísta con otras familias, que estaban en lista de espera. Hay gente que capaz no lo entiende o no lo haría”, explicó.
Este jueves a las 18 en el jardín “El sapo Pepe”, ubicado en Alsina al 3900, familiares, amigos y compañeritos recordarán a Candelaria con una suelta de globos. Para Micaela, entre el dolor y la angustia, será una forma de recordar a su hija “con amor, porque así era ella”.
Además, mencionó que siguen buscando testigos que aporten información y datos acerca de lo sucedido: “Espero que no se olviden tan pronto de mi hija, y que si alguien vio o escuchó algo, lo pueden denunciar. Que no tengan miedo, es por una criatura de cinco años a la que le arrebataron la vida”.
“Era muy buena, muy querida, amaba bailar, jugaba a la pelota, siempre alegre. Cuando estabas mal, venía y te abrazaba y te decía que estaba todo bien”, dijo sobre Candelaria.