El presidente Javier Milei llegó este viernes a Rosario para hablar en el acto central por el 140º aniversario de la Bolsa de Comercio y, tras un comienzo con fuertes críticas a los legisladores que aprobaron la reforma jubilatoria esta semana, se dirigió en tono burlón y desafiante a algunos economistas y sectores que cuestionan su política monetaria, al igual que cuando mencionó el sillón de Rivadavia y se mofó de Alberto Fernández.
"Hoy estaríamos discutiendo la hiperinflación y las expropiaciones. Todo, menos cómo bajar la inflación. A todos ellos, les dedicó la frase célebre de Maradona", expresó el libertario para criticar, sin nombrarlo y haciéndole burla, al economista Carlos Melconian. “Recuerdo a muchos economistas diciendo «no, hay que subir la tasa de interés»”, dijo.
Sobre las subidas del dólar que se dieron en estos meses, el presidente aseguró que los bancos buscaron “una corrida para tratar de hacer saltar el dólar".
"En ese contexto, me acuerdo que en ese momento decidimos con Caputo y el presidente del Banco Central (Santiago Bausili) ir hacia emisión cero. Si nos querían atacar la moneda, tarde o temprano el dólar se iba a caer. Lo mal que la están pasando que veían un dolar en 2000 y el dolar está en torno a 1250. Hola, mandriles", disparó el mandatario.
Después de entregar una de las frases más destacadas y de mayor impacto de la noche al asegurar que va a “terminar estos cuatro años” y además va a “ser reelecto” para “hacer que Argentina se ponga de pie”, llegó el turno del palo para el expresidente Alberto Fernández.
“Yo esto lo miro como un trabajo, no estoy pensando en eternizarme. Por suerte el sillón de Rivadavia mucho no lo uso, no se me pegan costumbres raras”, dijo en clara referencia al asiento del despacho presidencial, escenario de una serie de videos que se filtraron de Alberto con la periodista Tamara Pettinato, en medio del escándalo por la denuncia por violencia de género de la ex primera dama Fabiola Yañez.
“Pero soy paleolibertario y además muy afortunado. Para los que no saben, son los libertarios conservadores, somos monógamos. El barrio entiende pero no todos están obligados”, soltó al mirar con una sonrisa pícara a su pareja “Yuyito” González, que estaba sentada en primera fila.