Con la pandemia del coronavirus, el prolongado paro de colectivos que soportó Rosario y la necesidad de abaratar costos del uso de vehículos, los rosarinos se volcaron masivamente a la compra de bicicletas para ir a trabajar, para hacer ejercicios cuando se habilitó la actividad, o simplemente para recreación y paseo. Sin embargo, la explosión de las bicis en la ciudad tiene su costado negativo: el aumento descomunal de las unidades.
De acuerdo al relevamiento que hizo el programa De 12 a 14 (El Tres) este miércoles, en los últimos meses, desde la cuarentena estricta a esta parte de actividades habilitadas, aumentó exponencialmente la demanda para comprar bicicletas.
“Lo que se más se vende son las bicicletas mountain bike, las de cuadro de aluminio, porque son muy lindas y sirven para todas las actividades”, argumentó el propietario de un local de zona norte.
El hombre explicó que las bicis se usan tanto “para ir a trabajar, para entrenamiento y también para recreación y paseo”.
Desde el sector reconocen que tanto las bicicletas como los insumos en pocos meses aumentaron un ciento por ciento, al ritmo del incremento de la cotización del dólar blue y también de la especulación que existe en este mercado paralelo de la moneda estadounidense.
También describen que la venta “funciona muy bien”, pero a los comerciantes “se les hace muy difícil reponer las unidades por el precio”.
Por otra parte, también son muy utilizadas las bicicletas del servicio público que ofrece la Municipalidad de Rosario y en algunos puntos es muy difícil encontrar unidades en las terminales.
Otro dato negativo tiene que ver con la inseguridad: ante el aumento importante del precio de las bicicletas, son uno de los principales objetivos de los ladrones callejeros.