Luego del velatorio y la sepultura de Sebastián Cejas, un importante grupo de amigos, familiares y allegados se reunieron en Sarmiento y Gaboto, donde asesinaron a “el Oso”, un muchacho de 38 años que esperaba, junto a su mamá, que su padre saliera de una sesión de diálisis en el hospital Español. Allí protestaron, pidieron “justicia por el Oso” e hicieron un ruidoso y sentido reclamo. Lo más curioso fue que, en medio del dolor, los amigos de Cejas encontraron la vaina servida de una bala entre los adoquines. Luego, la mamá de la víctima llevó la urna con las cenizas de su hijo al Centro de Justicia Penal de Rosario para intentar hablar con los fiscales.
Este miércoles al mediodía, luego de que llevaran los restos del hombre asesinado para que sean cremados, unas 200 personas se reunieron en Sarmiento y Gaboto, donde cuatro delincuentes mataron a Sebastián Cejas para robarle el auto.
El socio con el que iba a abrir un local gastronómico, hizo escuchar el último mensaje que le mandó a su celular. “No lo puedo creer, no encuentro una razón para entender lo que pasó”, dijo llorando.
Luego expresó que “es muy difícil continuar con esto, teníamos todo listo y se cayó todo”. Luego intentó consolarse: “Tenemos que seguir por lo padres, que ya están grandes, y por el hermano maravilloso que tiene”.
“No creemos en la Justicia, ya pasó más de un día y no hay novedades”, aseguró, en medio de su dolor.
En el contexto de ese reclamo, uno de los amigos de “el Oso” se agachó en la calle y descubrió el casquillo de una bala entre los adoquines, posiblemente como rastro del mortal ataque que sufrió el muchacho cuando intentaba resistirse al robo de su auto.
Luego, el grupo de manifestantes, junto a la mamá de Sebastián, se dirigieron hacia el Centro de Justcia Penal de Rosario. Llevaron la urna con las cenizas de la víctima del homicidio, sobre la cual colocaron la bala que habían encontrado en la calle, en el lugar del crimen.
Un empleado de la Fiscalía salió del edificio de la zona sur de la ciudad y habló con los familiares de Cejas, que serían recibidos por la fiscal interviniente en el caso.