Este viernes se cumple una semana desde la detención del futbolista Dani Alves en Barcelona por una presunta agresión sexual a una joven de 23 años en un boliche el pasado 30 de diciembre de 2022. Si bien la esposa del brasileño, Joana Sanz, se refirió al tema y dijo "que era incapaz de hacer algo así", en las últimas horas borró todas las fotos con él en su cuenta de Instagram.
En medio del escándalo protagonizado por el exjugador del Barcelona que trascendió a nivel mundial, según confirmaron medios españoles, Joana marcaría un "alejamiento" del defensor pese a que en un principio le demostró su apoyo.
Desde este ultimo jueves el perfil de la Joana tiene menos publicaciones y el jugador aparece en muy pocas. Solo se lo ve en las campañas publicitarias que compartieron.
Esta misma semana, la abogada de la denunciante de Alves, Ester García López, calificó la detención como "un caso ejemplar" y dijo: "Está recibiendo apoyo psicológico a través de una entidad pública especializada en el tratamiento de víctimas de violencia".
"También tiene un tratamiento farmacológico con ansiolíticos para poder dormir. El Hospital Clinic le ha mandado un tratamiento completo encaminado a evitar cualquier tipo de enfermedad infectocontagiosa", contó y aclaró que esto se debió a que el futbolista "no utilizó preservativo".
"Alves la obligó a sentarse encima de él, la tiró al suelo, la obligó a hacerle una felación a la que ella se resistió activamente, la abofeteó, la levantó del suelo y la penetró hasta eyacular", precisó la representante de la víctima.