Una niña de 9 años murió en el Hospital de Niños Zona Norte 24 horas después de haber ingresado con un cuadro de diarrea y vómitos que aparentemente evolucionaba con normalidad, y la familia presentó una denuncia de mala praxis. En tanto, el director del centro de salud, Eduardo Casim, dijo que no entiende por qué se dio este fatal desenlace: “Tengo 30 años de pediatra y no logro explicar qué ha pasado acá”.
Sandra, abuela de la pequeña Liz, relató en el programa Radiópolis, de Radio 2, que su nieta se empezó a sentir mal el viernes. Tenía vómitos y diarrea, y como el sábado empezó con fiebre el sábado, entre las 14.30 y las 15, el padre la llevó al Hospital de Niños Zona Norte.
El caso de Liz, siempre según el relato de Sandra, era similar al de varios chicos que estaban en la guardia. Algo común para la época, les dijeron desde el hospital.
Liz quedó internada, le hicieron análisis y le pusieron suero, algo común en estos casos. Así pasó la noche, acompañada con el padre.
La fiebre
Sandra relevó a su hijo a las 8 de la mañana del domingo. Ahí le pareció que tenía fiebre y llamó a una enfermera. Que le dijo que no se preocupara.
Pero al rato Sandra vio que Liz “transpiraba mal, estaba toda empapada” y empezó a “hablar cosas sin sentido”. Volvió a buscar a una enfermera y resultó que la niña tenía 39 de fiebre.
Le dijeron que ya le habían dado un antifebril y le acercaron gasas mojadas para que así la enfriara. Sandra contó que el agua hizo que se le mojara la cinta que sostenía la entrada del suero por lo cual también le avisó eso a la enfermera.
Entonces fueron a cambiar la manguerita, pero una médica que llegó atrás de la enfermera ordenó que no le pusieran el suero, para intentar hidratarla por boca.
Como toleró el agua, después le llevaron una gelatina para que volviera a comer. También la toleró e incluso, siempre según el relato de Sandra, pudo ir caminando al baño.
Enfriamiento
Pero cerca de las 12 del mediodía del domingo “la nena se acostó, se le empezaron a enfriar las piernas. De la cintura para abajo estaba todo congelado, era un hielo. Y de la cintura para arriba eran 40 grados”, describió Sandra.
La abuela de la niña dijo que entonces volvió a llamar a la enfermera, “y era como que la estaba molestando. Están con el celular, cafecito, matecito”.
Cuando la enfermera fue a la habitación, le quiso tomar la temperatura con un “broche” en el piecito y “ya no le marcaba nada”. En la mano lo mismo.
“Ahí se pusieron nerviosos, empezaron a venir médicos y enfermeras. Apareció al doctora y le toma los latidos, le toca la panza, la nena se queja del dolor”, continuó.
Entonces, “la sentaron en una camilla y la nena empezó con una taquicardia, cada vez peor”, dijo Sandra. Que vio que le pusieron “cuatro inyectables en cuatro minutos”. Liz “empezó a decaer, con la mirada perdida, ahí me sacaron afuera y le empezaron a hacer maniobras para resucitarla”.
Según Sandra, a la par que llegó su hijo y el resto de la familia también arribaron varios policías. Entonces, una enfermera les dijo que Liz estaba “normalizada” y que la llevaban a terapia. Pero cuando la otra abuela fue hasta allí, le informaron que la niña sufrió “dos paros cardíacos” cuando estuvo en la guardia.
Inexplicable
Consultado por Radiópolis, el director del hospital, Eduardo Casim, no tuvo una respuesta concreta sobre lo ocurrido. “Es difícil explicar el desenlace fatal de este caso”, dijo.
Para él, según lo que figura en la historia clínica, se hizo lo que corresponde ante un caso en el que no había antecedentes importante y en el que el laboratorio realizado al ingreso no tenía ninguna “alteración significativa, más allá de un aumento de glóbulos blancos, que en este tipo de casos se ve con frecuencia”.
“La causa de muerte no la puedo determinar porque la evolucion no logra explicar qué fue lo que pasó con esta nena. No tenemos desde el punto de vista médico una explicación”, insistió.
Confirmó que tras la denuncia que hizo el padre se realizó la autopsia en el Instituto Médico Legal. Y aseguró que se conservará toda la información para que la Justicia puede avanzar en la investigación.
“No consta que se le haya dado ningún tipo de medicación que haya complicado la evolución del cuadro. Le di las garantías a la familia de que no se va a proteger a nadie”, enfatizó.
Para luego cerrar: “Tengo 30 años de pediatra y no logro explicar qué ha pasado acá”.