Un grupo de astrónomos de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados de Italia (SISSA) que realizó sondeos al espacio profundo con el radiotelescopio ALMA de Chile logró identificar una galaxia extremadamente remota en el universo al principio de su expansión, cuando tenía la sexta parte del tamaño actual.
El objeto, identificado como J1135, es tan oscuro que resulta casi invisible, incluso para instrumentos muy sofisticados, comunicaron esta semana los científicos.
Entre las principales propiedades de esta joven y casi invisible galaxia está su naturaleza compacta y su gran contenido de polvo interestelar. Por su juventud, forma estrellas a una velocidad 1.000 veces mayor que la de la Vía Láctea.
La descripción de esta galaxia será útil para revelar más sobre este objeto tan distante y abrir nuevos enfoques para el estudio de otros cuerpos celestes "oscuros". También proporcionará nuevos conocimientos para desarrollar modelos avanzados sobre la formación y evolución de las galaxias.
"Las galaxias muy distantes son verdaderas minas de información sobre la evolución pasada y futura de nuestro universo", explica la primera autora del estudio, Marika Giulietti, del SISSA. "Sin embargo, estudiarlas es muy desafiante. Son muy compactas y por lo tanto difíciles de observar. Además, debido a la distancia, recibimos una luz muy débil de ellas", agregó.
Asimismo, el gran contenido de polvo interestelar dificulta su detección con instrumentos ópticos, pues "reemite la luz recibida en longitudes de onda mayores que solo pueden observarse con potentes interferómetros en las bandas milimétricas/submilimétricas y de ondas de radio", expuso la autora. "Se han descubierto varias galaxias distantes que están particularmente oscurecidas, apareciendo completamente invisibles incluso para los instrumentos ópticos más potentes, como el telescopio espacial Hubble", agregó.
El equipo pudo identificar a J1135 a partir del empleo de una lente gravitacional. La teoría general de la relatividad desarrollada por Einstein pronostica que los objetos espaciales más cercanos a nosotros, que tienen una gran masa, distorsionan la luz proveniente de fuentes más distantes que están perfectamente alineadas con ellos, funcionando como lentes gravitacionales.
"De esta manera, los grandes cuerpos celestes actúan como una especie de enorme lente cósmica que hace que las galaxias del 'fondo' parezcan más grandes y brillantes, lo que permite identificarlas y estudiarlas", continúa Giulietti. "Hasta ahora se han descubierto alrededor de cien, pero podría haber muchas más", detalló. La investigación fue publicada la semana pasada en The Astrophysical Journal.
Las galaxias de este tipo "son las precursoras de las masivas galaxias inactivas que vemos en el universo local y, por lo tanto, proporcionan información muy valiosa sobre los procesos que conducen a la formación y evolución de estas estructuras durante la historia del cosmos", concluyó el profesor Andrea Lapi, coautor y líder de la investigación, según publicó RT.