Este domingo hubo elecciones en Guatemala y el candidato de centroizquierda Bernardo Arévalo se impuso en el balotaje a su rival conservadora Sandra Torres por 58,4% a 36,8%. De esta manera, se convirtió en el nuevo presidente electo del país caribeño después de haber sido la sorpresa de las elecciones generales del pasado 25 de junio.

"Estamos seguros de que el que va a ganar es el pueblo de Guatemala", dijo este domingo Arévalo, de 64 años, del Movimiento Semilla (MS), en breves declaraciones luego de votar en un colegio en el centro histórico de la Ciudad de Guatemala.

El sociólogo, logró una ventaja irreversible con más del 98% de las mesas escrutadas, según datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que informó una participación del 45%, en un país donde el voto no es obligatorio.

"Estamos en un momento histórico ante la posibilidad de darle la vuelta a la página de este período de décadas de gobiernos que se caracterizan por esta cooptación corrupta del Estado", expresó hace un par de semanas en un debate electoral.

El actual presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, quien debe entregar el mando el 14 de enero de 2024, felicitó al candidato de MS por la victoria "Felicito a los guatemaltecos por la realización de las elecciones en paz, con pocos incidentes aislados. Felicito también a Bernardo Arévalo y extiendo la invitación para iniciar la transición ordenada, al día siguiente de que los resultados queden oficializados", señaló el mandatario en Twitter.

En tanto que Torres, que participó en su tercer balotaje, denunció que hubo algunas "irregularidades" en la votación y apuntó contra el partido de su oponente. Al ser consultada sobre si reconocería los resultados, respondió: "No me quiero anticipar".

En la recta final de la campaña, Torres puso en duda el proceso de conteo de votos: pidió a la Justicia que garantice la "transparencia" del balotaje y ayer denunció supuestas "acciones intrusivas" y "racistas" de observadores de la Unión Europea (UE).

La Corte Suprema acogió su pedido y ordenó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que "tome las medidas para garantizar (el correcto) ingreso de datos al sistema informático" y permita a los fiscales partidarios tomar fotos de las actas de las mesas de sufragio.