Organismos de derechos humanos confirmaron este viernes la muerte de Noemí Johnston De Vicenzo, histórica integrante de la agrupación Madres de la plaza 25 de Mayo en Rosario. Mimí, como era conocida por todos, fue la madre de Roberto De Vincenzo, jugador de rugby y militante político que fue secuestrado y asesinado durante la última dictadura.
Querida Mimi, en la Plaza 25 de Mayo quedarán grabados tus pasos, tu lucha y tu ternura. Hasta siempre. pic.twitter.com/cO5s7M5K0M
— Pablo Javkin (@pablojavkin) July 16, 2021
Luego de conocer su muerte, Mimí fue recordada por distintos dirigentes políticos y organizaciones de Derechos Humanos de la ciudad, entre ellos el intendente Pablo Javkin que destacó su “lucha y ternura”. Por su parte, la concejala Norma López también se manifestó con “mucha tristeza y con muchísimo amor”.
Despedimos con mucha tristeza y con muchísimo amor a nuestra querida Madre de Plaza de Mayo, Noemí Johnston De Vicenzo.
— Norma López (@NormaLopezSF) July 16, 2021
Por siempre Mimi ❤️
Madres de la plaza, el Pueblo las abraza ☀️ pic.twitter.com/sxDvB2IYAI
Mimí fue la madre de Roberto De Vicenzo, jugador de rugby de Old Resian y casado con Miriam Moro, también militante de izquierda. El lunes 27 de septiembre de 1976 Miriam fue secuestrada luego de salir a repartir volantes contra la dictadura. Al notar su ausencia, Roberto se escondió en la casa de unos amigos, pero decidió acudir a una cita donde fue secuestrado.
Despedimos a Noemí Johnston de De Vicenzo, Madre de Plaza 25 de Mayo.
— Museo de la Memoria (@museo_memoria) July 16, 2021
La lucha personal y colectiva por su hijo y todas las víctimas del terrorismo de Estado será un legado imborrable para todos los que levantamos las banderas de memoria, verdad y justicia. pic.twitter.com/0Y7NMpNOWR
Tenían dos hijos y ella estaba embarazada de cuatro meses al momento de su secuestro. Darío, de un año y nueve meses y Gustavo, lactante de siete meses, quedaron al cuidado de tíos y abuelos. A Miriam la tuvieron secuestrada un par de días, la mataron, y la enterraron en Casilda como NN en una fosa común donde sería muy difícil encontrarla. Roberto fue llevado al Servicio de Informaciones, y continuó desaparecido hasta que hace unos años el Equipo de Antropología Forense identificó que era de él uno de los tres cadáveres que habían aparecido en un camino, a la altura de Barrancas.