El Opus Dei respondió la denuncia pública en su contra por explotación laboral de 43 mujeres, siete de las cuales trabajaban en Rosario, que publicó ayer La Capital. El diario emitió este lunes un comunicado oficial del ala más conservadora de la iglesia católica en el que aseguran que no hay ninguna demanda judicial ni presentación formal de por medio, que se trata de “casos diferentes entre sí” y que obraron conforme a la legislación vigente. El abogado de las trabajadoras, Sebastián Sal, apuntó en ese sentido: “No pueden desconocer que por 20 años no hicieron aportes a las personas que trabajaban para ellos”.
El letrado confirmó, en diálogo con Radiópolis (Radio 2) que fue contactado por dos mujeres que ya habían hablado y acordado con las otras 41 trabajadoras quienes habían conformado un grupo de Whatsapp. “En principio nos llega como un tema laboral, no tenían aportes, empezamos a preguntarles muchas cosas y no era tan sencillo. Son mujeres que con un origen muy humilde, que entre los 13 y los 16 años eran buscadas en distintos pueblos de Salta, Formosa, Mendoza y Paraguay, les decían que las iban a llevar para que se hagan profesionales, llegaron a Buenos Aires y quedaron encerradas”, precisó.
“Hablamos de mujeres que desde pequeñas sufrieron una captación de la voluntad, no las dejaban salir solas ni mirar por la ventana, les llenaban la cabeza. Tuvieron que hacer un compromiso de pobreza, castidad y obediencia, terminaron siendo empleadas del Opus Dei gratis”, observó y profundizó: “Pensamos que era un tema de aporte jubilatorio, mi primera reunión fue por aportes pero le hicimos cuestionarios y videos en los que cuentan sus experiencias, no sabíamos hasta entonces por lo que habían pasado y yo entiendo que sigue pasando, era una práctica común”.
Sal advirtió que la acción impuesta “no es contra la iglesia, pero llama la atención que no puedan pedir perdón y subsanarlo”, destacó y aclaró que les ha sido muy complejo acercarse a la organización: “Una señora me mandó un mail comunicándome que representaba a la asociación pero que no tenían teléfono. No es cierto que no haya denuncia laboral, lo que hicimos es que lo resolviera la iglesia interiormente, nos contactamos con el nuncio papal porque acá hablamos del Opus Dei que asegura no tener bienes a su nombre”, sostuvo y admitió que aun no recibieron respuesta del papa Francisco.
Este domingo el diario La Capital emitió una serie de notas periodísticas sobre la denuncia de 43 mujeres quienes afirmaron ante la prensa nacional haber hecho trabajo doméstico por años como “numerarias auxiliares” sin cobrar un peso, privadas de la libertad y con nulos o escasos aportes jubilatorios para distintas asociaciones civiles ligadas al Opus Dei. Aseguraron haber sido sometidas por medio de castigos para doblegar su carácter, luego de ser captadas bajo engaño con una promesa educativa cuando eran menores y provenientes de familias muy humildes de distintas provincias argentinas y de Paraguay.
Siete de esas mujeres “sirvieron a Dios” en Rosario. Una de ellas, Claudia Carrero, habló con ese diario y contó una historia tremenda de privaciones, discriminaciones y trabajo esclavo. "Pertenecí al Opus desde 1984 hasta 2002 y en ese lapso comprometí mi castidad, obediencia y pobreza a Dios. Nunca recibí dinero efectivo en mano como sueldo. Llegué a Rosario en 1999, trabajé en varios lugares. Me bancarizaron en 2001, o sea, cobraba mi salario y lo entregaba completo a la directora de mi residencia y como todas las demás tengo muy pocos aportes hechos en la Ansés", relató esta mujer nacida en Villa Ramallo, quien pudo cortar lazos con el Opus tras escaparse. Hoy es una mujer de 55 años, casada y con una hija.
Desde la “Obra”, como también se conoce a la organización, respondieron en un comunicado que efectivamente en septiembre de 2020 recibieron la presentación de un abogado respecto de la situación previsional de mujeres que habían sido miembros del Opus, en años en los que brindaron servicios profesionales para iniciativas apostólicas promovidas por la prelatura. “La escasa información suministrada por el abogado no resultó suficiente para el análisis de la situación previsional de cada caso”, alegaron.
Sostuvieron, además, que “los casos podrían ser muy diferentes entre sí, sin embargo, a pesar de no haber ninguna demanda judicial de por medio, haber quedado a disposición en repetidas oportunidades y haber manifestado apertura para escuchar y comprender los argumentos y detalles del reclamo presentado, al día de la fecha el abogado no se ha presentado formalmente ni ha brindado más información”.