El intendente Pablo Javkin anunció este lunes que en 2025 la ciudad festejará 300 años de existencia y así mostró su adhesión a la teoría de que los primeros habitantes del Pago de los Arroyos arribaron a la ciudad el 7 de octubre de 1725. En el marco de los festejos por el Día de la Virgen del Rosario, el mandatario anticipó que se creará un Comité Ejecutivo a cargo de organizar distintas actividades que tendrán su coronación dentro de un año.
“Pedro Tuella marca siempre el 7 de octubre de 1725 como la llegada de Francisco de Godoy y los indios Calchaquíes a este pago y a partir de allí el inicio de la capilla y de lo que fue dando origen al Pago de los Arroyos. El año que viene, el 7 de octubre de 2025 vamos a cumplir 300 años de este hecho”, explicó Javkin en diálogo con Cada Día (El Tres).
Para encarar la celebración de los 300 años de Rosario, Javkin remarcó que se constituirá un comité ejecutivo del Tricentenario, una Comisión de Historiadores y otra Comisión de Instituciones y vecinos destacados de la ciudad.
“Cuando uno repasa la historia de Rosario, entiende lo que la hace única. El hecho de no haber tenido fundador nos da el orgullo de decir que esta ciudad nació de su propio esfuerzo, porque se hizo a sí misma. Lejos de todo formalismo, nuestra historia está llena de hitos y valores fundacionales que marcaron su destino irrevocable de resistencia y grandeza”, sostuvo el intendente en su discurso.
En medio de su alocución anunció que desde este mismo lunes “empezamos a transitar juntos el camino hacia el tricentenario de la ciudad”. “Rosario merece una gran celebración que sea de toda la ciudad, como lo fue en sus inicios. Nos lo merecemos por nuestra grandeza, que nace de la fuerza de cada rosarino y rosarina que todos los días trabaja, invierte, estudia, educa, cuida y apuesta por una Rosario que progrese, crezca e iguale”, aseveró.
En ese sentido también agregó: “Nos lo merecemos por nuestros chicos y chicas, para que sigan escribiendo la grandeza de los 300 años que vendrán. Los invito a unirnos en esta celebración bajo nuestro manto celeste y blanco, mirarnos a los ojos y sentir el orgullo de ser parte de esta historia común, con la convicción de que en este Pago que fue capilla, luego villa, hasta ser ciudad, y pronto ciudad autónoma, hubo gente que jamás se rindió y que demostró que Rosario siempre pero siempre puede”.