Este miércoles comenzó en la ciudad de Goya, Corrientes, el primer juicio contra Generación Zoe y su líder Leonardo Cositorto, acusado junto a sus socios Maximiliano Batista y Miguel Ángel Echegaray de haber orquestado una mega estafa piramidal que operaba mediante un esquema Ponzi.
Las audiencias se llevarán a cabo hasta el 11 de diciembre, al tiempo que 166 testigos de la querella, la fiscalía y de la defensa comparecerán ante los jueces. Cositorto sorprendió al llegar al Tribunal vistiendo la camiseta del club Platense.
El fundador de Generación Zoe entró a la sala esposado, con chaleco antibalas y fuertemente custodiado por varios efectivos policiales. Se sentó al lado de su abogado y de su socio Batista.
Con el correr de los minutos, se sacó el chaleco y dejó ver que llevaba puesta una camiseta del Calamar. Al principio se lo notó serio, pero luego comenzó a hablar con su letrado y su socio.
Según adelantó a TN el abogado defensor Guillermo Dragotto, Cositorto no tiene pensado declarar en la primera jornada del juicio. “Primero escucharemos la acusación”, aseguró. Aunque la estrategia del imputado siempre fue declararse inocente, los cargos en su contra son graves y, de ser encontrado culpable, podría recibir una condena de hasta 16 años de prisión.
Los acusados Cositorto, Echegaray y Batista se encuentran detenidos en el penal de Bouwer, provincia de Córdoba, y fueron trasladados a Goya donde quedarán alojados en la Unidad Regional 8 hasta que termine el debate.
El resto de los acusados son Lucas Damián Camelino, Nicolás Ismael Medina y Javier Sebastián Medina, quienes atraviesan el proceso en libertad.
El juez Ricardo Carbajal presidirá el tribunal, mientras que Jorge Carbone y Julio Duarte serán los vocales. Por su parte, los fiscales Juan Carlos Castillo y Rubén Barry intervendrán durante las audiencias, al tiempo que los abogados querellantes Pablo Andrés Fleitas y Alejandra Soledad Fleitas también estarán presentes.
Por otro lado, la Cámara en lo Correccional y Criminal de Río Tercero anunció la elevación a juicio de otra causa penal que se tramita en la ciudad de Villa María, provincia de Córdoba, tras el pedido de la fiscal de Segundo Turno, Juliana Companys.
El defensor de Cositorto, Guillermo Dragotto, había presentado un recurso de oposición a la elevación a juicio, por lo que el asunto pasó a tratarse en la Cámara del Crimen de Río Tercero.
Los magistrados aseguraron que las pruebas reunidas determinaron que las conductas de los implicados, entre ellos Cositorto, configurarían los delitos de asociación ilícita y estafas.
El sindicado como líder de Generación Zoe fue detenido en República Dominicana en abril de 2022, luego de permanecer prófugo de la Justicia. Lo aprehendió personal de Interpol y la policía de ese país.
Estafas en Rosario y Casilda
Las maniobras de Generación Zoe también llegaron al ámbito local, donde la Justicia avanzó con la imputación de tres personas –en septiembre de 2022– por cometer estafas en Rosario y Casilda.
El fiscal Mariano Ríos, de la Unidad de Delitos Económicos y Complejos, le atribuyó delitos a Claudio A., Diana Noemí T. y Hernán Manuel F. Se los acusa de “asociación ilícita en grado consumado en calidad de coautores y estafa (24 hechos) en concurso real entre sí en calidad de coautores”.
Además, a los tres se les atribuye, junto a Cositorto, Roque Edmundo D., Delfina D., Verónica R. (ya habían sido imputados), otras personas identificadas y otras tantas no identificadas hasta el momento, haber formado parte de “una asociación con permanencia en el tiempo destinada a cometer delitos de manera organizada”.
Todo ello, de acuerdo a la acusación, se realizaba bajo la estructura de varias sociedades las cuales adquirieron la denominación “Generación Zoe SA”, “Zoe Empowerment”, “Al Coaches SAS”, “Zoe Construcciones”, “Universidad del Trading SA”, entre otras.
Cositorto aparece ubicado como presidente en varias de dichas firmas, “simulando dedicarse a la educación por coaching, como así también a la actividad financiera, y de esa manera defraudar a las víctimas”.
Dicha maniobra, según el parte de Fiscalía, consistía en captar a las víctimas hacia las diferentes oficinas que se encontraban ubicadas en Rosario o en la ciudad de Casilda, ya sea por una relación de amistad que mantenía con algunos de los imputados, por publicaciones en diferentes redes sociales, en donde se les ofrecían rentas mensuales realizando una inversión, entre otras vías.
Estas “inversiones” consistían en entregar dinero en efectivo o por transferencias bancarias, en algunos casos las víctimas transferían pesos argentinos, para posteriormente ser transformados en dólares y en el resto de los casos se entregaban dolares en efectivo.