La Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en conjunto con la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina (Adpra), elaboró un protocolo para la realización de elecciones en contexto de pandemia y pospandemia, y garantizar la viabilidad de los sufragios, que prevé diversas medidas en las etapas preelectoral, durante la jornada de votación y luego para el escrutinio.

“Si bien la democracia no se limita a la realización de elecciones cada dos años, en el contexto de la actual pandemia se deben encontrar nuevas formas de participación y de organización que, respetando la legislación vigente, permitan garantizar el derecho al voto sin descuidar el derecho a la salud”, dijo este martes Alejandro Amor, defensor porteño y presidente de Adpra.

El protocolo fue elaborado teniendo en cuenta la actual incertidumbre sobre la extensión de la emergencia sanitaria y en vistas a las elecciones legislativas del año que viene, por lo que "resulta fundamental comenzar a pensar propuestas para incluir protocolos que garanticen la viabilidad de los sufragios", señaló Adpra en un comunicado.

Las propuestas abordan las distintas etapas del proceso que, en el ciclo preelectoral comprende, entre otras la creación de una plataforma digital de fácil manejo para los registros exigidos a los partidos y alianzas políticas; actos públicos que respeten las medidas sanitarias; y designación de autoridades de mesa que no se encuentren en la franja de grupos de riesgo, y su capacitación.

Con respecto de los lugares de votación, éstos deben ser amplios y de fácil acceso, que permitan cumplir con el distanciamiento social y, si es posible, dada la legislación vigente, sumar establecimientos para disminuir la cantidad de votantes y evitar el desplazamiento de los mismos.

Durante la jornada electoral, en tanto, el protocolo señala como “fundamental” evitar aglomeraciones de electores y propone, si las normas lo permiten, extender la jornada electoral y/o definir franjas horarias para votar de acuerdo a las letras de los apellidos y/o poner horas específicas para los grupos de riesgo.

Además, debe contemplar para el exterior la colocación de señalización para que se guarde la distancia social adecuada, ver cómo se fijan los padrones fuera del establecimiento para evitar aglomeraciones, y permitir el ingreso de pocos votantes por mesa, las que estarán organizadas en el interior de manera que se encuentren en lugares amplios y ventilados, que posibiliten la circulación de gente.

A su vez, si se modifica la forma de realizar el escrutinio provisorio se deben propiciar el aumento de la fiscalización, transparentar el proceso y contar con el acuerdo de todas las fuerzas políticas; continuar con las medidas de protección y, si es posible fomentar la descentralización de los centros de transmisión de datos, se señala.

Por último, en la etapa poselectoral se sugiere realizar el escrutinio provisorio con la menor cantidad de gente posible (un fiscal por partido para evitar las entradas y salidas de los fiscales); minimizar el contacto de las personas con las urnas al momento de resguardarlas, y evaluar la posibilidad de incorporar tecnología en el escrutinio definitivo para reducir la presencia de personas en un mismo ambiente.

Varias de estas medidas se implementarán en las elecciones a realizarse el 27 de septiembre próximo en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, donde se creó un “Comité Interdisciplinario Electoral”, que aprobó un protocolo sanitario y un protocolo de campaña.