Un 28 de junio, pero 25 años atrás, Lady Di se enfrentó a la realeza... con un vestido. El mismo día en el que el príncipe Carlos confesaba públicamente su relación con la actual duquesa de Cornualles, Camilla Parker, la madre de los príncipes Harry y William lució un atuendo que iba en contra de todos los protocolos de la monarquía inglesa y desde ese entonces se lo conoció como “el vestido de la venganza”.
Se trata de un “little black dress”, como suele llamarse a ese básico que es un vestido negro corto, adaptable a casi cualquier evento. Pero en para Lady Di, una prenda que por su título nobiliario no podía usar.
El modelo trasgredía varias normas del protocolo. En primer lugar, los miembros de la monarquía no pueden utilizar el color negro, ya que está reservado solo para el luto por la muerte de algún integrante de la familia o personaje relevante. Tampoco se pueden mostrar los hombros ni las piernas. Pero a Diana no le importó. El día que su esposo confesó su amorío con otra mujer, Lady Di consideró que era el momento de demostrar que ya no dependía de los protocolos reales y apareció con el sensual diseño de Christina Stambolian.