Cinco años pasaron de la muerte de la docente María de los Ángeles Paris en la comisaría décima de Rosario, ubicada en Darragueira 1168. Su posible deceso en manos policiales, cuya investigación deberá ser ventilada en un juicio oral y público aun sin fecha de ejecución, ocurrió el 3 de mayo de 2017 y a pesar de las sombras que se extendieron sobre la bibliotecaria y su trágico final, su enorme entrega hacia los demás, su generosidad y el inmenso amor a su hija Erika Salazar y al resto de su familia, la reviven cada día.
Un mural en Iriondo y Salta, frente a la escuela Gurruchaga cuya biblioteca hoy tiene su nombre en caluroso homenaje, mantiene encendido el reclamo de Justicia. Ahí aparece dibujada con su largo cabello oscuro que se ramifica para darle cobijo a libros de colores. La escena se parece al recuerdo que tiene su hija, hoy de 23 años, y que compartió con Rosario3: “Mi mamá era una persona dulce y de buen corazón. Era muy amada y querida por su familia y amigos. Era mi refugio y el de sus alumnos en las escuelas donde trabajó. Era muy creativa, siempre a través de la lectura buscaba que los chicos se enganchen o encuentren enseñanzas, vivía para eso, para poder enseñar. Mi mamá tenía un compromiso muy grande con los chicos. Ella siempre se encargaba de los actos de la escuela. Y con los cuentos que les hacía leer también hacían obras de teatro, dibujos y actividades con las otras docentes de los cursos. Hacía de todo, manualidades en las cuales yo también la ayudaba”, expresó.
La joven también recordó que a su mamá “le gustaba hacer cursos, capacitaciones, aprender mucho y lo compartía conmigo. Era también muy cariñosa y muy sensible. Le gustaba pasar mucho tiempo con la familia. También estaba muy comprometida con el barrio donde vivíamos y con ayudar a la gente, siempre estaba comprometida en ayudar a la gente. Al momento de su muerte ella hacia doble turno en dos escuelas, la Gurruchaga y la Técnica N° 2. Fue muy duro para sus alumnos, sobre todo para los chicos de la Gurruchaga, porque compartían mucho tiempo en la biblioteca con ellos, costó mucho poder contenerlos porque para ellos ver a mi mamá era algo de todos los días, a diario hacia “La hora del cuento”. Ellos no entendían por qué su seño no estaba de un día para el otro. Yo siempre la ayudé mucho con las cosas relacionadas a la biblioteca, aunque no fuera la mejor haciendo manualidades siempre la ayudaba porque era su pasión”.
Este 3 de mayo se cumplen 5 años de aquel otro oscuro y fatal. De acuerdo a la reconstrucción de ese día, pasadas las 21, María de los Ángeles entró a la seccional de zona norte pidiendo ayuda porque decía que le habían querido robar paersonas en motos. Salió de la dependencia, intentó subir a un auto de una forma extraña y los policías la metieron en un móvil y la trasladaron a la comisaría donde finalmente apareció horas después, esposada y sin vida. Lo que le pasó en ese tiempo es materia de investigación que será expuesta en un juicio sin fecha cierta, pero con imputados claros: 5 policías, dos de ellos (el comisario Silvio Cortes y la suboficial Susana Domínguez) acusados de homicidio preterintencional, es decir, que tuvieron intención de agredirla y el desenlace fue fatal. El resto, (los agentes Damián Zalazar, Silvina Gianotti y Andrea Allovatti) será juzgado por incumplimiento de deberes de funcionario público.
“Se cumplen 5 años desde nos quitaron a mi mamá, a María de los Ángeles. Es una fecha muy difícil de atravesar para mí y para mi familia, llena de dolor, angustia e impotencia. Pero transformamos estos sentimientos en seguir luchando y exigiendo que se haga Justicia por ella, como sé que lo hubiera hecho por nosotros. Una cosa más quisiera recordar: aquel día, 3 de mayo del 2017, mientras mi madre era tortura por la Policía, algunos testigos declararon que ella en ese momento estaba gritando mi nombre, y hoy me toca gritar el de ella: Justicia por María de los Ángeles Paris”, manifestó la hija de la víctima.
Qué pasó con María de los Ángeles Paris
Consultado por Rosario3, Gustavo Feldman, el abogado de Salazar – es querellante -, brindó detalles acerca de la actualidad de la causa. Según confirmó, la Cámara Penal decidió en marzo pasado que los 5 policías sean juzgados, dos de ellos por homicidio preterintencional y los tres restantes por incumplimiento de los deberes de funcionario público, es decir, descartando la postura de la querella que sostenía que la bibliotecaria había sido torturada. “La preterintencionalidad con la tortura hubiese sido altamente agravante. Ahora esto ha quedado con la tesis de la preterintencionalidad, es decir, la quisieron domesticar, se les fue la mano y la mataron”, resumió el letrado sobre la teoría del caso. Luego, remarcó: “Sin lugar a dudas éste es un caso de violencia institucional”, y explicó en ese sentido: “Compromete la responsabilidad de un Estado y es lo más equiparable a un delito de lesa humanidad. Los casos de violencia institucional revisten algunas características que en algunos puntos se tocan con los casos de lesa humanidad, como, por ejemplo, la alta vulnerabilidad de la víctima y la mayor posibilidad del verdugo de perpetrar el delito”.
Por último, destacó: “La pericia indica que hay huellas del maltrato, lo que en su momento sirvió para que la querella sostuviese la tesis de la tortura que no existe más, pero la autopsia sigue estando en el expediente”.
En este sentido, Érika brindó su postura acerca del deceso de su madre: “Todos sabemos que mi mamá no murió producto de un paro cardiorrespiratorio sino que murió por asfixia posicional o como a mí me cierra más, producto de la tortura a la que fue sometida por parte de la policía. Fue esposada boca abajo, golpeada, torturada”, observó.
“Mi familia y yo vimos fotos de mi mamá tendida en el piso de la comisaría, y se veían los golpes en su cuerpo. Fueron las agresiones físicas que le hicieron los policías esa noche. Solicitamos una segunda autopsia y se pudieron constatar”, agregó en relación al segundo estudio efectuado sobre la víctima de parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que determinó la presencia de múltiples lesiones.
“Gracias a las pericias a los celulares de los policías, hay un audio donde habla Silvio Cortes, donde admite que golpeó a mi mamá, el dice “como la metí, le daba piñas en la boca, en la panza””, rememoró y concluyó: “La causa está a la espera de la fecha de juicio, es lo único que falta. Fue un largo proceso y hoy se cumplen 5 años ya”.