"Sergio Raúl Desza fue el último soldado rosarino que murió en Malvinas. Dos horas después de la explosión que le costó la vida, la Guerra del Atlántico Pacífico terminó". Así comienza el trabajo periodístico de Daniel Amoroso para el programa De 12 a 14, al que tituló "Malvinas, nuestro último caído".
Se trata de una entrevista con Gabriela Desza, hermana de Sergio, quien cuenta en primera persona cómo fue para su familia seguir viviendo con el corazón partido y el dolor presionando en el pecho.
"No entendíamos nada. Nosotros nos enteramos por una carta que ellos el 13 o 14 de abril viajarían a Ushuaia y de ahí a Malvinas", comenzó contando Gabriela, que para entonces tenía 14 años y un hermano resguardando la casa del Gobernador.
A la hora de hablar sobre el después, la mujer se quebró y entre lágrimas contó cómo fue para su mamá enterarse de la pérdida de su hijo. "Siempre decía que se levantaba porque tenía una familia, me tenía a mí. Y solo por eso tomaba fuerzas". Desde entonces, para esa madre las cosas cambiaron para siempre.
Además de luchar por su hija Gabriela que era adolescente y necesitaba de ella, también se aferró hasta su último día a la esperanza de un reencuentro posible con Sergio. "Cada vez que salíamos de casa, ella dejaba un cartelito diciendo dónde estaba por si él venía que sepa que ella ya iba a volver", dijo con el nudo en la garganta.
Incluso narró otro detalle que ejemplifica esa espera. Mabel, la mamá del último rosarino caído en Malvinas, guardó el último sueldo de su hijo por “si acaso”. "Con eso ella hizo algo para seguir, alivió el dolor pensando que su hijo iba a volver", sostuvo Gabriela.
Con respecto a Sergio, su hermana lo describió como "un tipo laburador, de los que apechugaban". Hoy lo recuerda con una canción de Baglietto, Carta de un león a otro, y afirmó que las ganas de volverlo a abrazar se intensificaron con el tiempo. "Cada noche hablo con él, tenemos el cuadrito con una foto y lo saludo. O cuando me pasa algo le pido que me ayude y ahora también le pido a mi mamá", dijo y las lágrimas volvieron.
Para finalizar habló de las veces que fueron al lugar dónde murió Sergio y cómo se sintió. "Viajamos a Malvinas y me pasó que me daba rechazo sin faltar el respeto, no me hallaba con sus habitantes y cuando nos iban llevando a los lugares era increíble, muy duro y fuerte ver el medio ambiente del que se trataba", recordó Gabriela.