El rey emérito Juan Carlos I se encontraría en República Dominicana, después de comunicar a su hijo, el monarca Felipe VI, la decisión de trasladar su residencia fuera de España tras las últimas informaciones relacionadas con presuntas donaciones de Arabia Saudita no declaradas a Hacienda.
Según informa el diario ABC, el monarca emérito se trasladó este mismo fin de semana a la localidad pontevedresa de Sanxenxo, y desde ahí se desplazó a Oporto, en Portugal, para tomar un avión y viajar al aeropuerto de la capital dominicana.
En sintonía, La Vanguardia dijo que Juan Carlos, de 82 años, viajó en coche a Portugal el lunes por la mañana y luego voló a la República Dominicana, donde planea quedarse unas semanas con una familia que hizo su fortuna con las plantaciones de azúcar antes de buscar un nuevo destino.
En pleno cruce de conjeturas sobre adónde podría haberse trasladado, el canal de televisión portugués TVI24 y el tabloide Correio da Manhã dijeron el lunes que Juan Carlos estaba en Cascais, una zona turística cerca de Lisboa, donde pasó parte de su infancia.
A su vez, El Mundo señala que el rey emérito se despidió de sus amigos este mismo fin de semana y que estos creen que está en la República Dominicana y que incluso podría regresar a tierras españolas antes de lo pensado. “Nos dijo con toda normalidad que quizá vuelva en septiembre”, dijo uno de sus allegados al periódico madrileño, como si se tratara de un escape de la rutina.
En la República Dominicana, el rey Juan Carlos tiene a su amigo Pepe Fanjul, propietario del complejo hotelero Casa de Campo, situado en La Romana, en el país latinoamericano. La hermana de la abuela de este empresario del azúcar era Edelmira Sampedro, una cubana que se casó con el príncipe Alfonso, hijo mayor de Alfonso XIII, abuelo de don Juan Carlos.
El empresario cubano se ha referido a Juan Carlos como “su mejor amigo”, reiterando su plena disposición a acogerlo como invitado.
Incluso antes de hacerse pública la decisión del rey emérito, ya se hablaba de Santo Domingo como posible destino. Ángel Lockward, jurista y ex embajador de República Dominicana en Colombia, publicó el domingo una carta abierta al presidente electo, Luis Abinader, instándolo a que invitara formalmente a Juan Carlos a vivir en el país.
Las especulaciones habían ido acumulándose durante los últimos días y no se descartaba que Juan Carlos viajara a Suiza, país donde además de vivir su hija doña Cristina y sus nietos Miguel e Irene Urdangarín, tiene poderosos amigos que lo ayudarían en lo que necesitara. Por último, y según revela el diario ABC, don Juan Carlos confesó hace unos años que, si tuviera que exiliarse –siempre hipotéticamente– se iría a Nueva Zelanda, porque ese país reunía atractivos como la vela y la gastronomía, que tanto le gustan al emérito. Los Emiratos Árabes, otrora paraíso del padre del rey Felipe VI, parecen descartados totalmente.
El ex monarca comunicó a Felipe VI su decisión de trasladar su residencia fuera de España. Según relató la Zarzuela en un comunicado, el Rey Emérito recuerda que hace un año decidió expresar su voluntad de dejar de desarrollar actividades institucionales y que ahora, “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada, ha decidido trasladarse fuera de España.
“Es una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad”, explica Juan Carlos I, justificando su decisión “para contribuir a facilitar el ejercicio” de las funciones de su hijo como jefe de Estado.
En su carta, el padre del Rey alude sin mencionarlo al caso de las supuestas donaciones de Arabia Saudita no declaradas a Hacienda, una investigación que arrancó en Suiza y que está estudiando la Fiscalía del Supremo. ABC informó que la decisión del monarca no afectaría a la reina Sofía, que seguirá residiendo en el Palacio de la Zarzuela y manteniendo su actividad institucional.
Las sospechas se centran en la comisión de 100 millones de dólares (85 millones de euros) que recibió de manera secreta en una cuenta del Swiss Bank en 2008.
Juan Carlos ascendió al trono en 1975 tras la muerte del dictador Francisco Franco, y ocupó la jefatura del Estado español durante 38 años hasta su abdicación, en beneficio de su hijo Felipe, en junio de 2014.
El Rey Emérito gozó de una gran popularidad durante décadas por su rol durante la transición española, pero en los últimos años su figura se debilitó por su comportamiento individual y a causa de los casos de corrupción de la familia real. El ex monarca no puede ser juzgado por supuestos delitos cometidos cuando estaba en el trono porque tenía inmunidad. Sin embargo, podría ser procesado por actos perpetrados desde 2014.