La jefa de fiscales de Rosario María Eugenia Iribarren se mostró sorprendida con la aprobación de 19 de los 48 pliegos que fueron enviados a la Legislatura santafesina para cubrir cargos de fiscales y defensores públicos. “Todos los años aumenta el nivel de conflictividad y esto impacta en nuestro trabajo cotidiano. Ahora, voy a tener que replantear en qué áreas no voy a poder inyectar recursos. Me llama la atención porque en todas las reuniones de Seguridad se decía que tenían que darle más recursos al Ministerio Público de la Acusación”, indicó.
En un diálogo telefónico con Rosario3 que duró aproximadamente media hora, la fiscal regional remarcó: “No solo no hubo nuevos ingresos. Tampoco se cubrieron las vacantes que se produjeron”.
La conversación tiene lugar después de que la Asamblea Legislativa diera el visto bueno a la aprobación de los pliegos como fiscales titulares de Franco Carbone para Rosario y de Eugenia Lascialandare para Villa Constitución, y de los pliegos de fiscales adjuntos de Lisandro Artacho, Julia Feldman, César Pierantoni, Noelia Navone (para Rosario) y Luisina María Paponi Arizaga (para Villa Gobernador Gálvez).
— ¿Cómo ves el tratamiento que se dio a los pliegos en la Legislatura?
El concurso duró mucho tiempo, dos años, pasaron distintas etapas de análisis, de antecedentes, de exámenes, de entrevistas personales. Hubo un orden de mérito. De los catorce ingresos nuevos previstos se aprobaron solo cinco, sin un motivo claro sobre el porqué. No hubo objeciones a los candidatos, a quienes pasaron por la comisión de Acuerdos. Simplemente, no aprobaron pliegos.
De los 16 pliegos que eran para Rosario se aprobaron 2 para fiscal titular, que eran Carbone y Lascialandare, que pasaron de adjuntos a titulares. Y se cubrieron vacantes de cinco fiscales adjuntos en una lista de un concurso que lleva dos años. Pero ahora con la salida de Carbone y Lascialandare tengo dos vacantes de adjuntos más.
— ¿Cómo afecta la falta de aprobación de pliegos en la estrategia de persecución penal que tenías proyectada?
Es que no solo no hubo nuevos ingresos, tampoco se cubren las vacantes que se producen. Los concursos llevan tiempo. Ahora, al haberse cerrado la posibilidad de llegar a la Asamblea Legislativa, no sabemos si vuelve a hacerse el concurso, si esto se va a rever.
Vamos a tener que readecuar los recursos. Tenía planificado, y para eso esperaba los nuevos ingresos, una refuncionalización para la Fiscalía. Eso consistía en cómo trabajar los delitos de criminalidad compleja, en cómo darle una nueva forma e impulso a la unidad de Flagrancia y de Investigación y Juicio en coordinación con la Agencia de Criminalidad Organizada. Era un paso más para avanzar, ya no solo con bandas que se dedican a la violencia, sino a delitos contra la propiedad; en cómo abordar mercados específicos como el de robo de autos, metales, para no quedar solo con los autores y profundizar sobre los mercados donde se destina lo robado.
En un escenario de temor a saqueos, que esperemos que no progresen, teníamos proyectado establecer un criterio uniforme en Flagrancia. Ahora, seguimos con fiscales que se rotan para cubrir los turnos porque hay pocos en esa unidad. Voy a tener que planificar de nuevo. Lo que me llama la atención es que no fueron pliegos que se enviaron hace 15 días, se venía hablando desde que el concurso estaba iniciado y no hubo inconvenientes. Es más, en las reuniones de Seguridad se planteó siempre la importancia de reforzar en recursos al Ministerio Público de la Acusación
— ¿Quedaron en medio de la rosca política en un año electoral?
Una vez más. Creo que no ha habido un análisis profundo de los efectos que esto provoca en la población. Escuché que desde la Legislatura se hablaba de «eficiencia» en los recursos, pero ya está establecida la cantidad de fiscales necesarios. Es importante entender esto en un tiempo donde hay candidatos que señalan la necesidad de que desde el MPA también se investigue el narcomenudeo, que sería más trabajo.
Hacen falta más empleados, eso es seguro. Hace falta cubrir los cargos de fiscales. Y no nos dieron ni la cobertura de los cargos de fiscales ni empleados. Y todo esto en un marco donde no hay una policía profesionalizada. Acá, cada fiscal con suerte tiene dos empleados a disposición.
Nosotros somos uno de los órganos del Estado que permanentemente rinde cuentas. Yo presento un balance anual que quien quiera puede leerlo, verlo o escucharlo en las plataformas del Ministerio Público de la Acusación. Es importante también decir que además de las vacantes de ahora se suma que hay fiscales con licencia médica prolongada, algunos a la espera de una jubilación. Esto no es algo que pueda sorprender a alguien.
— Con esto, que ya es un hecho, ¿Cómo queda el MPA que tenías en mente?
Imaginate que tenía planteada una refuncionalización en San Lorenzo con tres fiscales y no entró ninguno. Y todos los años aumenta el nivel de conflictividad. Por eso digo que esto que pasó impacta en el trabajo cotidiano. Espero que sea revisado a partir del 10 de septiembre.
Sigue habiendo once vacantes definitivas por cubrir más dos fiscales que hace años están con licencia médica prolongada. Yo presenté un plan de trabajo, tengo pensada una planificación completa. Todos los días tenemos que ajustarnos para ser más eficientes. Yo contaba con los fiscales que estaban entre los pliegos enviados. Ahora tengo que ver en qué áreas no voy a poder inyectar recursos y qué áreas voy a tener que relevar.
En estos días va a conocerse una reasignación de recursos, de formas de trabajo. Fundamentalmente, para trabajar de una manera más integrada en la criminalidad compleja, en delitos contra la propiedad, en Investigación y Juicio, y en los llamados conflictos personales que van a la unidad de Salidas Alternativas.