La discusión por la noche rosarina es, sin dudas, una de las principales deudas que tiene el Concejo municipal. Pese a que la mayoría de los ediles coinciden en que la normativa vigente, que se aprobó en 2001, quedó obsoleta, hasta el momento nunca se pudo lograr el consenso suficiente como para modificarla.
El intento que más cerca estuvo de modificar la ordenanza fue en 2017 cuando se avanzó en un borrador que tenía la aprobación de la mayoría entre los ediles. Pero el tema fue perdiendo impulso y terminó cajoneado en la comisión de Gobierno.
Terminada la contienda electoral de este año, existe un acuerdo entre los concejales para saldar esta situación y generar una nueva normativa que ordene la actividad nocturna y permita un funcionamiento más efectivo sobre los distintos espacios de esparcimiento.
Para eso será necesario unificar los seis proyectos que se presentaron en los últimos años. Uno corresponde a la actual presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck. Se trata del borrador que no pudo aprobarse en 2017 y que ahora, con aportes de los distintos espacios políticos, podría llegar al recinto.
Bailar o no bailar, esa es la cuestión
El principal cambio que propone el proyecto es sacar el baile del centro de control. La ordenanza vigente separa a los locales nocturnos entre los que están autorizados para esa acción y los que no. Esto generó un sinfín de conflictos ya que deja abierta las posibles sanciones a lo que interpretan los agentes de control como baile.
La propuesta de Schmuck es dar por sentado que en todos los lugares se puede bailar y que la habilitación dependa de si son espacios de actividad nocturna permanente o esporádica.
Entre los lugares permanentes están los bares, restaurantes, locales bailables, salones de evento y clubes sociales.
Mientras que los que podrían solicitar permiso para organizar eventos nocturnos de forma esporádica son las asociaciones civiles y algunos clubes o sindicatos que cuenten con el espacio para hacerlo.
Pistas de baile fijas o móviles
Otra de las ambigüedades que existen en la actualidad y que se propone cambiar tiene que ver con las “pistas de baile”. La ordenanza vigente establece la obligatoriedad de que bares y restaurantes mantengan las mesas de acuerdo al plano que les autoriza la Municipalidad. Muchos de estos lugares terminan ubicando el mobiliario de forma estratégica para que la gente pueda bailar entre las mesas y así evitar sanciones en caso de recibir una inspección.
Lo que se propone ahora es habilitar un doble plano para que, los lugares que no tienen un espacio específico destinado a pista de baile, puedan montarla en el mismo salón donde temprano reciben gente a cenar o ver un show sentados.
En esa misma sintonía apunta el proyecto presentado por el bloque Ciudad Futura. La diferencia con el proyecto oficialista está en que propone las habilitaciones dependiendo de la cantidad de aforo de los locales. Como contrapartida se endurecen las exigencias técnicas para la habilitación de los lugares con el objetivo de garantizar que cuenten con una correcta insonorización.
Además, propone un cambio en la forma de controlar los espacios nocturnos apuntando a que las inspecciones técnicas sean durante el día y que por la noche el foco del control sea la cantidad de personas y la correcta insonorización del inmueble.
“Alcalde nocturno” y zonas específicas
En tanto que el texto presentado por la concejala Julia Irigoitia difiere en la forma de habilitación de los lugares nocturnos dependiendo de si ofrecen shows o no. Lo llamativo de la ordenanza es que busca crear un área de Convivencia Nocturna que tendrá como objetivo principal el garantizar un correcto control.
Un poco más allá va la propuesta de Daniela León que crea un “grupo nocturno”, similar al de Irigoitia, pero además propone la designación de un “alcalde nocturno” que deberá ser nombrado por el Concejo y tendrá a su cargo todo lo relacionado con la nocturnidad. Cabe destacar que el proyecto de la edila radical es el único que mantiene la habilitación dependiendo si se baila o no.
Si bien todas las iniciativas establecen requisitos con respecto a las zonas donde se pueden instalar bares, restaurantes, bares o discotecas, una sola propone la creación de “Zonas de Entretenimiento Nocturno” y es la presentada por Lisandro Cavatorta.
Ese texto plantea la necesidad del desarrollo logístico y de infraestructura de espacios destinados al esparcimiento. Exige un trabajo integral entre las distintas áreas municipales para garantizar que estas zonas cuenten con la adecuada conexión de servicios públicos.
Se suma un sexto de Silvana Teisa que propone específicamente habilitar a bares y restaurantes de más de 100 metros cuadrados para poder realizar shows sin importar si cuentan o no con pista de baile.
Con todos estos temas sobre la mesa, el desafío de la comisión de Gobierno es avanzar en la discusión y lograr un nuevo texto unificado que, después de 22 años, logre modificar la forma en la que se regula la noche de la ciudad.