El barrio Arroyito no sale de la conmoción y la tristeza por el crimen de Joaquín Pérez, un joven arquitecto de 34 años que fue asesinado de tres balazos para robarle su Renault Clio. Los vecinos contaron que era un chico "buenísimo, trabajador, con pareja y una nena de dos años" y que lamentablemente ahora "es un número más" en las estadísticas de los homicidios de Rosario.
"Era una belleza de persona. Tenía una criatura de dos años que querían que no escuchara lo que estaba pasando. A los funcionarios no les importa. ¿Ustedes creen que van a venir a ayudar? Joaquín es un número más", comentó una vecina al periodista Daniel Amoroso (Cada Día, El Tres).
Una mujer que conoció a Joaquín desde su nacimiento contó que escucharon ruidos como "de motos o tiros" y luego lo vieron al joven tirado en el suelo. "Atiné a llamar a la Policía. Estaba agonizando. Vi el cuerpo de mi vecino al que crié, podría ser mi hijo. Estaba tirado en la vereda como un cacho de carne. Es algo que se podría haber evitado", indicó.
"Le tapamos las heridas. Lo ayudamos lo mejor posible, pero acá no funciona nada. Lo único que funcionan acá son los delincuentes y los asesinos. Era un chico muy trabajador, con una señora que estudia y trabaja, con una beba", agregó.
La mujer luego analizó: "Yo hacía cinco minutos que había llegado a mi casa. Si no le tocaba a él me tocaba a mí. Estamos abandonados".
Un hombre que trabaja en el taller mecánico del barrio afirmó que Joaquín Pérez "era un pibe buenísimo, no se metía con nadie. Justo ayer hablé con él. No se sabe cómo fue, él estaba solito. Él vivía para su familia. No era agresivo, no era que te iba a decir «no te doy el auto». Estoy seguro que entregó el auto y lo mataron".
Joaquín fue abordado en Pasaje Muñiz al 1200, a la vuelta de su domicilio de Juan B. Justo al 1700, cuando se dirigía con su Renautl Clio a la cochera para dejar el auto. En ese marco, fue atacado por delincuentes y recibió dos tiros en el pecho y otro en la ingle. Según el relato de vecinos, logró correr herido hasta la puerta de su casa, donde pidió auxilio y golpeó la puerta, donde quedaron rastros de la sangre de sus manos.
El arquitecto murió en el Heca en la madrugada de este miércoles. No hay detenidos.