La celda de Ariel “Viejo” Cantero, patriarca de la banda de Los Monos, y las de sus hijos Alexis “Tartita” Schneider y Maximiliano alias Chanchón, fueron allanadas este jueves por una causa federal que investiga una red de narcomenudeo en las zonas oeste y sudoeste. La División Antidrogas de la Policía Federal (PFA) detuvo además a una hija del Viejo, sin menciones previas en la crónica policial.
Según indicaron voceros de la PFA, la investigación comenzó en marzo a raíz del seguimiento a un vendedor de cocaína que abastecía a distintos puntos de venta en los barrios Triángulo Moderno, Villa Banana e Hipotecario. Además, otra punta llevó a los detectives a Cañada de Gómez.
Ese sector de la zona oeste rosarina y su relación con emprendimientos ilícitos gerenciados por –o con la venia de– Cantero ya estuvieron bajo la lupa en una extensa investigación de la fiscal provincial Valeria Haurigot, que en mayo pasado llevó a Cantero y a su esposa Viviana Montero a audiencia imputativa por asociación ilícita. Desde entonces, Cantero volvió a prisión.
Desde la PFA dijeron que los nuevos detenidos respondían directivas de Cantero, quien desde su pabellón en la cárcel de Piñero daba órdenes a diario a través de su hija, que se encargaba de recaudar las ganancias de las ventas. La Fiscalía Federal Nº 3 instruyó la causa.
Alexis Claudio “Tartita” Schneider, de 21 años, es uno de los hijos de Cantero que quedó en la mira. Preso desde principios de 2020, purga condena a 18 años por el crimen de Débora Fernández, una mujer asesinada por encargo el 17 de marzo de 2020. Según la acusación, llegó a Colombres al 3000 en un Gol Trend, llamó al interior de la casa y cuando Débora se asomó recibió siete disparos que le provocaron la muerte.
Además, Tartita, que lleva el apellido de su madre, sumó en abril pasado una condena federal por tenencia de drogas con fines de comercialización. Así, los años a la sombra se unificaron en 20.
El otro hijo de la numerosa descendencia de Cantero que quedó involucrado en esta nueva investigación por venta de droga es el apodado Chanchón, también con prontuario criminal a temprana edad.
De 23 años, fue condenado en marzo de 2020 a 14 años de cárcel por haber asesinado a Cristian Ibarra, un policía de Investigaciones de 29 años. Lo mató dentro de su auto en Larralde y Dean Funes, barrio Godoy. Al momento de la investigación, el fiscal de Homicidios Dolosos Miguel Moreno afirmó que el agente había vendido droga en la zona del complejo Fonavi de Monte Flores y Brasil, territorio de Los Monos en el distrito oeste, y no había realizado un arreglo económico para operar.
Las celdas del Viejo Cantero y de Tartita y Chanchón fueron requisadas. En tanto, en la calle, en Felipe Moré al 3700, secuestraron 1.500 dosis de estupefacientes listos para la venta, una “fuerte suma de dinero”, balanzas de precisión y varios teléfonos celulares.
En total, hubo 13 personas o requisadas en sus celdas –también se habló de un procedimiento en la cárcel de Coronda–. De las tres mujeres detenidas, una de ellas se encargaba de “recaudar las ganancias de las ventas”.