El Concejo de Rosario discutirá este jueves la nueva ordenanza de nocturnidad. Si bien todo está encaminado a que, con modificaciones, el proyecto oficialista pase sin sobresaltos por el recinto, se espera una maratónica sesión donde seguramente la mayoría de los ediles quieran dar su opinión al respecto.
Pese a la mayoría propia, desde el oficialismo apuntan a que la iniciativa salga por unanimidad y demostrar así un fuerte respaldo al proyecto que anule además posibles críticas en el futuro, en caso que la normativa no genere los efectos esperados.
Para garantizar sus votos, los bloques opositores pidieron incluir en la misma sesión un proyecto que regule la situación de los espacios culturales de la ciudad. Tras las denuncias de diferentes referentes de la cultura por sentirse "invisibilizados" en la ordenanza de nocturnidad, se retomó un proyecto de la concejala Fernanda Gigliani que establece la creación de "clubes sociales y culturales".
En concreto, el acuerdo para aprobar Nocturnidad viene atado a que en esa misma sesión se discuta y apruebe también este proyecto que detalla qué espacios pueden incluirse en este régimen diferenciado que deberán tener un acompañamiento del municipio y su habilitación será otorgada por una oficina diferente a la de los demás lugares de esparcimiento nocturno de la ciudad.
Si bien la base del proyecto sobre espacios culturales que se aprobaría es el que presentó Gigliani, se contemplaron aportes de otras dos iniciativas que iban en la misma sintonía, uno de Leonardo Caruana y otro de Ciudad Futura.
Estos últimos dos fueron pensados a partir del malestar de referentes el pasado 18 de junio en la audiencia pública en la que también se manifestaron vecinos y empresarios.
En aquella oportunidad, Lucas Canalda, gestor cultural de Somos Rapto, decía entre otras cosas en su intervención que “la ordenanza falla en solucionar los problemas de base, además de invisibilizar los espacios culturales independientes”, y que “no se menciona en ningún momento la palabra 'cultura', y no hay propuesta por la diversidad”.
En diálogo con Rosario3, una fuente cercana a la concejala Gigliani destacó que “el proyecto unificado promueve un régimen con requisitos que deben cumplir para ser habilitados: tener una propuesta de actividades culturales, y que le den participación a los artistas locales, que el 20 por ciento de las actividades se realicen en horario diurno, para que la Secretaría apruebe su agenda como espacios culturales. Y los requisitos edilicios son similares a lo existente de los teatros independientes, entre otros".
Por su parte, en diálogo con Punto Medio (Radio 2), Caruana recordó: “En la audiencia pública escuchamos los requerimientos, y había que construir una ordenanza específica que unificara criterios y facilitara su funcionamiento. Fundamentalmente, buscamos que se contemple normas de seguridad y convivencia, pero que fundamentalmente genere trabajo a los artistas. Para ello, la idea es que sean registrados en una oficina de la Secretaría de Cultura. Se trabajó en la Comisión de Gobierno para que sea incluida en la ordenanza, pero no hay acuerdo para hacerlo”.
Aclaró luego que “esos espacios no fueron flanco de quejas de los vecinos en la audiencia, ya que son clubes más pequeños, tienen actividades esporádicas y de menos cantidad de personas”.
Además de buscar sostener los puestos laborales, el proyecto pretende impulsar la apertura de nuevos puntos culturales “que posibiliten una diversidad de propuestas con mayor cercanía, para que más jóvenes y ciudadanos en general, accedan a una oferta de eventos artísticos amplificada en todos los barrios”, detalló Caruana.