Los cadáveres de medio millar de personas que fallecieron por coronavirus fueron retirados de sus casas en la ciudad de Guayaquil, cuyas autoridades anunciaron hoy que tendrán que construir nuevos cementerios para las víctimas del Covid-19.
Guayaquil se convirtió en el epicentro del brote en Ecuador, uno de los países de Sudamérica más afectados por la pandemia, con 191 muertos y 3.747 contagios.
"Ya no hay casos atrasados", manifestó Jorge Wated, responsable de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) destinada a enfrentar la crisis en Guayaquil, que fue en la última semana escenario de una grave acumulación de cadáveres en casas, calles, hospitales y clínicas.
Wated precisó que la semana pasada, la fuerza especial del Ejército "ha recogido unos 500 cadáveres de los domicilios" y "entregado unos 480 certificados de defunción que ha permitido que las funerarias privadas puedan trasladar y enterrar más rápido".
En total, desde que se iniciaron las labores en Guayaquil fueron levantados más de 1.300 cadáveres, entre los acumulados en casas particulares, los fallecidos en hospitales y los que fueron recogidos por funerarias privadas.
La crisis se originó por la reducida actividad de los servicios fúnebres a raíz de un toque de queda de 15 horas decretado para frenar la propagación del coronavirus y del temor a contagiarse por parte de sus operarios.
La provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, registraba 2.534 casos, un 67,6% del total en el país y era epicentro del foco de contagio.
La acumulación de cadáveres generó una crisis la semana pasada y ahora para evitar focos de nuevos contagios, las autoridades dispusieron que los entierros se realicen sin los familiares mientras a través de una web oficial, las personas podrán averiguar dónde enterraron a sus allegados.
La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, anunció hoy que se construirán dos nuevos cementerios para enterrar a las víctimas del Covid-19: uno estará en el Suburbio, en el suroeste de la ciudad, y el otro en el norte, en el sector de La Casuarina.
Entretanto, las autoridades de Salud comenzaron a utilizar siete contenedores frigoríficos dispuestos en hospitales, a fin de albergar de manera temporal los cuerpos de fallecidos en centros médicos locales.
A esto, se suma que casi el 43% de los contagios en Ecuador, unos 1.600, corresponden a trabajadores de la salud.
El brote profundizó la crisis económica en la que estaba sumido el país y las autoridades prevén que aplanar la curva de contagios sin políticas sociales y económicas que lo acompañen provocaría graves repercusiones en el empleo, el aparato productivo y la vida de las personas.
Según varios bancos internacionales de inversión, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador, si no se toman medidas urgentes y amplias, podría ser, en el mejor de los casos, de entre 4% y 7%.
Un grupo de académicos y representantes de sectores productivos elaboró un plan para minimizar los daños a corto, mediano y largo plazos que incluye una cuarentena por 30 días adicionales, y luego un aumento gradual y programado de la actividad económica de hasta 2 meses para alcanzar la normalidad, informó el diario local La Hora.
Ecuador reportó su primer caso de coronavirus el 29 de febrero y dos semanas después el gobierno nacional de Lenin Moreno declaró el estado de excepción.
Sin embargo, Moreno dejó muchas medidas libradas a la decisión de gobernadores y alcaldes, por lo cual hoy las cifras son tan dispares entre las regiones del país.
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