Estados Unidos vivió en las últimas horas las manifestaciones más grandes en contra del asesinato de George Floyd, una muerte que desató una nueva ola nacional de protestas contra el racismo y la brutalidad policial en todo el país, con escenas de multitudes marchando en paz y otras de represión y violencia.
Con tapabocas y el reclamo unificado de que Las Vidas Negras Importan (Black Lives Matter), cientos de miles de personas se manifestaron a nivel nacional tanto en grandes como pequeñas ciudades estadounidenses.
Los manifestantes se reunieron de costa a costa, desde Washington y Nueva York, hasta Missouri, Minnesota, Indianapolis, Kentucky, mientras Carolina del Norte esperaba el ataúd dorado que llevaba el cuerpo del hijo nativo George Floyd, cuya muerte a manos de la policía de Minneapolis cristalizó el descontento social frente a las grandes desigualdades y el racismo que existe en el país desde tiempos fundacionales.
Desde la muerte de Floyd, el 25 de mayo, la del último sábado fue la mayor movilización, y se produjo cuando muchas ciudades levantaron los toques de queda impuestos luego de alguno hechos violentos como saqueos y enfrentamientos con la policía.
Las manifestaciones de fueron en su gran mayoría pacíficas, aunque las ciudades de Portland y Seattle fueron escenario de incidentes cuando la policía intentó dispersar las protestas.
En Seattle, la policía disparó granadas aturdidoras y gas pimienta mientras los manifestantes arrojaban piedras, botellas y lo que las autoridades dijeron que eran "explosivos improvisados", que hirieron a algunos oficiales.
En Portland, la represión policial fue particularmente más dura. Luego que los manifestantes arrojaran cerca de la medianoche fuegos artificiales sobre la valla del Centro de Justicia, uno de los artículos de pirotecnia hirió a un diputado del condado de Multnomah, según informó la teniente de la policía de Portland, Tina Jones, citada por medios locales.
Sin embargo, según el diario local The Oregonian, la oficina del Sheriff del condado informó que el herido es un policía.
Pese a las versiones contradictorias, lo confirmado es que la Policía de Portland calificó la manifestación como un disturbio civil y comenzó a reprimirla, informó la agencia de noticias Europa Press.
La policía disparó "pelotas de pimienta" contra la gente en respuesta al lanzamiento de "globos de pintura" por parte de los manifestantes, según informó el diario local.