La presencia o no del presidente suele marcar el peso institucional del acto del Día de la Bandera, acaso la fecha más significativa para Rosario. Por eso la presencia de Javier Milei este jueves en el Monumento adquiere tanta significación. Sobre todo porque desde 2019 no hay jefe del Estado presente en la ciudad el 20 de junio y aquella vez la visita de Mauricio Macri, en el marco de la campaña electoral en la que iba por la reelección, no tuvo justamente una característica institucional.

Milei llegará a las 8.30 al aeropuerto de Fisherton y está previsto que a las 9 esté en el Monumento. Viajará acompañado de una comitiva integrada por la vicepresidenta Victoria Villarruel y los ministros. No solo eso, la Oficina del Presidente se encargó de promocionar el acto e invitar a quienes apoyan la gestión a que asistan a acompañar al mandatario. Se descuenta que además se movilizarán militantes locales y de distintos lugares de la provincia de La Libertad Avanza, que no es que son muchísimos pero cuyo número crece de manera sostenida.

Así, queda clara la intención del oficialismo de convertir los actos en una muestra de fortaleza política del presidente, que viene de una buena semana coronada por la sanción en el Senado de la ley Bases. Es decir, de generar una escena parecida a la de Córdoba, donde encabezó la convocatoria por el 25 de Mayo.

Pero en este caso el acto tiene una característica institucional que lo obligará a compartir escenario con el gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin, que hablarán antes que Milei. ¿Puede haber reclamos del mandatario provincial por las obras públicas paralizadas y del intendente por el recorte de los subsidios del transporte? En ese caso, se descuenta que habrá respuesta de Milei. Acaso no haya un planteo de cuestiones concretas, pero sí referencias al federalismo, una condición que Argentina parece perder día a día.

Como sea, la presencia presidencial siempre jerarquiza el acto y lo pone en el foco no solo del interés local sino también del nacional.

Y marca un contraste con lo que fue la gestión de Alberto Fernández, que nunca vino a Rosario un 20 de junio a pesar de que el 27 de febrero de 2020, en el aniversario de la creación de la bandera, prometió que sí lo iba a hacer.

La pandemia fue la excusa para no viajar ni ese año ni el siguiente. En 2022 podría hacerlo hecho pero no y tampoco en 2023, el último de su mandato.

Mauricio Macri en 2019, en un acto atravesado por lo político que incomodó a la entonces intendenta Mónica Fein.

Pero remontarse a la última presencia presidencial en Rosario para el Día de la Bandera fue en 2019, cuando Mauricio Macri estaba en plena campaña por la reelección.

Pero aquella vez, en lugar de ir al Monumento, el entonces presidente encabezó un acto con chicos en el Club Ciclón y en lugar de hablar de Belgrano se dedicó a despotricar a los Moyano, para levantar así la bandera de la grieta.