En septiembre del año pasado, el club Amistad tuvo que suspender las prácticas de fútbol infantil luego de una balacera que los sorprendió en medio del entrenamiento. Tres personas fueron detenidas por el hecho y por un tiempo en barrio Las Flores se respiró algo de tranquilidad, pero ahora el presidente del club, Diego Fernández, lanzó un desesperado pedido de ayuda.
En contacto con el programa Radiópolis (Radio 2), Fernández reclamó mayor involucramiento de la Justicia y la Policía. Aseguró que hay un grupo del barrio que lo hostiga por no vivir en la zona y porque, a su entender, quiere quedarse con el club.
El sábado pasado –contó– le rompieron el parabrisas del auto, pero señaló que son frecuentes los robos al club y otros hechos de vandalismo. Ahora, directamente, teme por su vida.
“Hice miles de denuncias –se quejó–. ¿Hasta qué punto tengo que llegar? ¿Tengo que aparecer en un zanjón?”.
Lo del sábado, señaló Fernández, fue un hecho más que lo dejó al borde de la renuncia. Según fuentes oficiales, los padres de unos niños que juegan al fútbol en el club lo agredieron porque querían premios para sus hijos.