Carmen, la mujer argentina que denunció que fue esclavizada en Londres por una chica a quien le cuidaba su bebé, habló en De boca en Boca (Radio 2) desde Buenos Aires. También dio su testimonio Leilén, una joven de Río Negro que vive en Inglaterra, quien enterada de la situación de Carmen la ayudó a salir de la casa.

La mujer tiene 54 años y es oriunda de Leandro Alem, Misiones. “Yo trabajaba como empleada doméstica para la madre de esta chica, por unos 4 años. La chica, hace 3 años que está en Londres, hizo trabajos de modelo, y se embaraza. Me piden si yo podría ir a quedarme con la chica para hacerle compañía, para ayudarla con su bebé, porque la madre no podía quedarse por razones laborales. Me prometen el cielo. Me dicen «Carmencita confiamos mucho en vos, sos la única persona que podés estar allá» Te compramos el pasaje, cuando vos quieras podés volver. Me fui con toda la ilusión y confiando plenamente en mi patrona”, comenzó su relato.

“Llegué el 24 de septiembre, los tres primeros días fueron una gloria. Y luego comenzó la psicopateada, los insultos, amenazas de parte de esta chica y de quien fue mi patrona”, lanzó. Y brindó precisiones en ese sentido: “La chica me decía sudaca mugrienta, que nadie me iba a creer porque ella era una modelo como Wanda Nara. Me decía que me iba a tirar en un hospital y que nadie me iba a encontrar, que la Policía no me iba a creer”.

De acuerdo a su testimonio, el maltrato comenzó con un audio telefónico: “Una amiga mía me decía que yo era buena persona y me merecía lo mejor en la vida y un príncipe. La chica escuchó y me empezó a insultar, a decirme qué me creía yo, que ella era una modelo y no había conseguido ni siquiera un empresario y cómo yo, que era una mugrienta, iba a pretender un príncipe”, comentó sobre el delirante episodio.

Carmen cuidaba al niño y además limpiaba. “Día y noche estaba con el bebé. Ella me había hecho un listado que me cambiaba cada 5 minutos. Dormía en una colchoneta en el piso, comía cuando podía, no podía dormir del miedo”, continuó describiendo el calvario.

Una sobrina de Carmen contó esta situación en un grupo virtual de argentinos en Londres. Fue como arrojar una botella al mar. Quien la recogió en la otra orilla fue Leilén Foti, de General Roca, Río Negro, residente en Londres. “Sentí en ese momento que tenía que ir a ayudar. La sobrina me pasó el número de Carmen y llegué hasta ahí. Fue un lunes, era de noche, como salí de trabajar no podía hacer mucho, lo que hice fue ir y corroborar la historia”, manifestó también en contacto radial.

Leilén compartió que esa misma noche habló por mensaje con Carmen y decidieron planear su escape para el día siguiente. “Yo alquilo un cuarto así que no podía hacer mucho. Le dije «Carmencita aguantá, mañana te saco de acá» Hacía un mes que estaba amenazada por este monstruo, que le decía que la iba a matar. No habla la lengua, no conoce a nadie. Estaba sin esperanza”, señaló.

La joven llamó a la policía camino a la casa y se aseguró de que Carmen saliera. “Esta basura de persona la vio y no lo podía creer. Le dije «quiero hablar con vos sabés que estás haciendo las cosas mal» y se encerró como una rata”, agregó. De esta forma, Carmen pudo cortar con el padecimiento que denunció estaba atravesando.

“Esta mujer tiene problemas mentales, la madre lo sabe y no dice nada. Una persona normal no hace algo así, la madre es cómplice, ella debería asistir a su hija. La bebé corre peligro. No tiene que caer nadie en el lugar de Carmen”, resaltó Leilén.

Por su parte, Carmen concluyó emocionada: “Lo que busco es que no le pase a nadie más, lo que viví no se lo deseo a nadie. Te anulan, te provocan miedo y dudás de vos misma. Pero apareció Leilén y otros chicos a los que les debo la vida. Mi cuerpo ya no resistía más. Los chicos de Argentina en Londres hicieron un grupo y en un día juntaron el dinero para el pasaje, me llevaron del aeropuerto y hasta que no me vieron segura no me abandonaron. Les debo mi vida. Conocí la maldad en su máxima expresión y conocí la bondad y la empatía de personas que no me conocían”.