“Salvador casi fue otro Fernando Bàez Sosa”. La frase, escrita en un cartel, impacta en estos momentos en que se está desarrollando el juicio por el asesinato de un joven en Villa Gesell a manos de un grupo de rugbiers. En ese caso, la consigna refiere a un adolescente de 16 años que días atrás fue salvajemente agredido por una patota, de acuerdo a la denuncia de su madre. Salvador intentó defender a su hermano mayor, que también fue atacado, en una fiesta que se desarrolló en la plaza de Pueblo Esther. Según el testimonio de la mujer en El Tres, la agresión comenzó en ese lugar público y luego siguió en la casa de las víctimas, donde también habría participado el padre de uno de los agresores. Uno de los agredidos sufrió fractura de maxilar y necesita cirugía.
Carla, la madre de los chicos agredidos en Pueblo Esther, brindó un detallado testimonio en De 12 a 14. Primero dio su versión de lo sucedido en la denominada fiesta de la Plaza del Tanque. “Esa noche yo estaba durmiendo y mi hijo menor, Salvador, había ido con unos amigos a la Fiesta de la plaza del Tanque”, dijo. Y agregó que “volvieron a casa temprano y estaban por comer unas pizas”.
⭕️ Brutal ataque en patota a un joven tras una fiesta en Pueblo Esther.
— De12a14 (@De12a14) January 4, 2023
�� Más de 10 jóvenes le pegaron y lo desfiguraron. En la violenta agresión le quebraron el maxilar.
��️ "Lo golpearon hasta tirarlo al piso", contó Carla, madre de la víctima pic.twitter.com/LhfHKNnePJ
La mujer contó que su sobrino “estaba alcoholizado” y que en ese estado “atropelló sin querer con el cuerpo a otro chico que es menor de edad y le volcó la bebida”. Allí comenzó la violencia: “Este chico se enojó mucho y le quiso pegar”.
“Mi hijo mayor Dario, que estaba viendo lo que pasaba, salió en defensa de mi sobrino e inmediatamente se viene una patota de 15 a 20 jóvenes que lo tiran a mi hijo al piso, le pegan patadas en la cabeza y en las costillas, le arrancaron el expansor de la oreja, tiene un dedo quebrado. Pasaron un par de amigos y lo levantaron, pero después le siguieron pegando”, detalló Carla.
El hijo mayor de Carla finalmente regresó a su casa, lastimado, pero a partir de allí -según la versión de la mujer- comenzaría lo peor. La madre de los adolescentes agredidos contó que, cuando estaban en el interior de la vivienda, estacionó una camioneta conducida por el padre de uno de los jóvenes y junto a los agresores comenzaron “a gritar y apedrear la casa”.
Los hijos de Carla salieron al exterior y allí Salvador comenzó a recibir agresiones. “Lo atacan a Salvador, él los bloquea por practica tae kwon do”, hasta que el hombre mayor de edad “lo toma por atrás a mi hijo para que lo golpeen”. “Alexis, el hijo del hombre, le tiró dos ladrillazos y le pegó en la cara, provocándole fractura de maxilar”, añadió.
“Mi hijo escupia sangre, perdió un diente y tenía el resto de los dientes flojos”, aseguró Carla. Y comentó que “esta gente, padre e hijo, se metieron en mi casa y casi matan a mi hijo”.
¿Qué dicen en la Municipalidad?
El Tres buscó el testimonio en vivo del intendente Martín Gherardi, que habló en su despacho. Aclaró que “la fiesta se hace ya algunos años, pero la Municipalidad no es la organizadora. Se juntan los chicos en un espacio público, lo que hacemos nosotros es poner personal a trabajar para que no haya desmanes”.
��Las palabras de Martín Gherardi, Intendente de Pueblo Esther, tras el brutal ataque en patota
— De12a14 (@De12a14) January 4, 2023
Aseguró que el municipio no organizó la fiesta: lo que hacemos nosotros es tratar de ordenar un poco para que no se desmadre" y agregó: "el hecho comenzó en la plaza como algo menor". pic.twitter.com/DlNkIZtpP9
Luego consideró que “en la plaza el episodio no pasó a mayores, pero continuó en un domicilio particular, donde sí fue más grave”. También confirmó que “no hay cámaras de seguridad en la plaza”.
“Repudiamos cualquier hecho de violencia, entendemos a esta mamá que hace su reclamo. Lo que podemos decir es que bajen los niveles de agresión y violencia en la calle”, finalizó el intendente. Y afirmó que recibiría a la madre de los chicos agredidos “siempre y cuando venga a hablar en buenos términos”.