Luego de ampliar, esta semana, el espectro de vacunación contra el dengue, la Provincia continúa con su plan de captación de la población convocada en un principio, sobre todo los adolescentes, a sabiendas de las dificultades que supone abordar a esa franja etaria.
“Comenzamos la campaña con uno de los objetivos en la población de 15 a 19 años, la que mayor incidencia de casos tuvo. Sabíamos que era difícil de vacunar pero con los equipos de salud estamos haciendo un esfuerzo increíble”, sostuvo en Radio 2 Andrea Uboldi, responsable del área de Protección y Prevención del Ministerio de Salud de Santa Fe.
“En algunos lugares tuvimos un avance de entre 30 y 50 por ciento de la población inoculada; en lugares más poblados como Rosario está siendo más difícil, con casi el 10 por ciento”, detalló, en relación al trabajo en 26 barrios de la ciudad más vulnerables al desarrollo del mosquito transmisor y por ende, a los contagios.
En el programa La primera de la tarde, la funcionaria aseguró que se mantiene “una búsqueda activa de esta población, ya que no es usuaria del sistema de salud”, razón por la cual “hay que trabajarla muy diferente” porque no se trata de vacunación infantil obligatoria sino opcional y en este caso, apuntada a chicos “que ya no van a controles porque son más grandes”.
Además, si bien la mayoría aún son menores de edad, “tienen autonomía progresiva”, recordó Uboldi; es decir, “pueden decidir si vacunarse o no, independientemente de lo que los padres quieran”.
Por ese motivo, Salud extiende el operativo y lo articula con el Ministerio de Educación y organizaciones sociales, sobre todo “para informar que la vacuna está disponible”, si bien no es obligatoria sino opcional.
Señaló que está comprobado que “vacunar intramuros, en efectores de salud, es menos aceptado por la gente joven”, mientras que si se enfoca la campaña “en la escuela u otros espacios, se vacuna más”.
Desde el gobierno santafesino reconocen la lentitud de la campaña hasta ahora, sobre todo en las mayores ciudades. Uboldi analizó que se trata de una desconfianza “vinculada a un insumo nuevo, a una vacuna que nadie conoce tanto, y a un gran peso del impacto del covid, con el descrédito en una población muy joven”, ya que la franja que va de los 15 a los 30 años de edad es “la que más desconfía de las vacunas” en general.
“Además es la que menos consulta –ante síntomas, según dijo la especialista– y muchas veces llega tarde a esa consulta. La vacunación busca evitar el impacto de complicaciones o muerte, también en la población joven”.
En ese sentido, mientras todavía no se reportan contagios esta temporada, recordó que “cuando la enfermedad no está, la gente piensa que no va a venir, y cuando empiezan los primeros casos, es altamente probable que los que dudan quieran vacunarse”.
La Provincia ya aplicó 10 mil dosis en total, de las cuales 5.500 fueron para adolescentes y el resto, principalmente al personal de salud, otro grupo incluido junto a fuerzas de seguridad y bomberos. “No tuvimos efectos secundarios severos en estas primeras dosis”, aseguró Uboldi.
Por último, recordó que “la vacuna implica seguir cuidándose con repelente y consultar a tiempo si uno tiene síntomas”, ya que no previene la enfermedad en forma terminante sino que atempera sus consecuencias en el organismo.
En este momento, en Santa Fe está disponible la vacuna Qdenga, del laboratorio Takeda Argentina SA, que previene casos graves de la enfermedad y requiere dos aplicaciones. Se adquirieron 160 mil dosis para este año.