El eje "vivienda" fue incluido gracias a la participación ciudadana entre los temas del segundo debate presidencial en una campaña que, pese al déficit habitacional creciente, no tiene a ese problema entre sus prioridades. En Rosario, los "barrios populares", esa es la denominación oficial, se expanden a un ritmo de un kilómetro cuadrado por año y unas 54 mil personas se anotaron al plan nacional para disponer de lotes.
Según el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), existen 5.687 asentamientos y villas en todo el país donde viven más de un millón de familias (unas 5 millones de personas). El 99,9% no tiene regularidad dominial sobre las tierras en las que están emplazadas sus viviendas.
En el departamento Rosario, 218 mil ciudadanos habitan 175 barrios populares, la gran mayoría de ellos se ubican en la ciudad (distribuidos en unos 110 espacios que contienen a 35 mil familias).
En cuanto al crecimiento de los "barrios populares" (que incluyen villas, asentamientos o urbanizaciones informales), Renabap registró que en el 2016 ocupaban una superficie de 32 kilómetros cuadrados y que, en 2018, esa superficie se expandió hasta ocupar 34. Por eso, estimaron un crecimiento anual de un kilómetro cuadrado.
En la ciudad, se trata de villas con situaciones de precariedad que se caracterizan por tener una conexión irregular a la red de energía eléctrica (en un 93% de los casos), cocina con gas en garrafa (97%), conexión irregular a la red de agua (85%) y desagüe sólo a pozo negro/ciego u hoyo (72%).
En ese marco, el gobierno nacional lanzó el Registro Único de Solicitantes (RUS) de lotes para construir viviendas propias o para iniciar una producción rural. “Es una acción preventiva que permita un abordaje real de la problemática de déficit en el acceso a suelo y el hacinamiento en los barrios populares, principales causas de la ocupación informal y desordenada de las tierras”, aseguró a Rosario3 la coordinadora del Renabap, Mariana Aranovich.
“El RUS es una política estratégica que busca planificar allí donde el Estado muestra una vacancia y así evitar la conflictividad social. Apuesta a promover el acceso seguro al suelo de manera ordenada y regulada. Hasta esta semana se registran en Rosario 52.348 solicitudes para lote urbano y 1.498 para lotes de pequeña producción agrícola (ver dos historias locales)”, agregó sobre el plan que citó Sergio Massa en el debate, una de las pocas menciones concretas a este problema.
Se suma a este grupo el universo de inquilinos, estimado entre 6,5 y 8 millones de argentinos, según la fuente. Son no propietarios que pagan alquileres, impuestos y expensas en alza. Una nueva ley fue sancionada para regular abusos y ponerle un marco a la negociación con propietarios e inmobiliarias.
“Un elefante en la habitación”
El problema del déficit habitacional atraviesa a las principales ciudades el país pero no hay datos que mensuren el problema complejo en toda su dimensión. “Existen diferentes metodologías para medirlo y enfoques. Tampoco es lo mismo hablar de déficit cuantitativo y déficit cualitativo", diagnosticó Aranovich.
"Durante mucho tiempo, esta complejidad metodológica ha sido la excusa o el chivo expiatorio de muchos sectores para no referirse a la problemática o tener un abordaje concreto al respecto. Es como un elefante en la habitación, todo el mundo sabe que está ahí pero se ha tornado un «problema estructural» que quema y desafía los abordajes convencionales”, amplió.
“Por ejemplo –continuó–, en base a los datos preliminares del Censo 2022, fueron registradas 17.780.210 viviendas particulares en todo el país, lo que representa un aumento del 28,5% con respecto a los datos relevados en el Censo 2010, cuando se contabilizaron 13.835.751 viviendas”.
En el mismo período, “la población argentina creció un 14,8%”. “Si bien los datos del Censo 2022 aún no permiten calcular el déficit habitacional, se presume que a nivel cuantitativo, en relación al año 2010, se mantendrá estable, aproximadamente en 2.800.000 hogares a nivel nacional, encontrándose los mayores déficits -en términos absolutos- en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Caba”, comparó la funcionaria nacional.
Otras fuentes amplían ese universo de carencia habitacional a 4 millones hogares (Observatorio Federal Urbano, Cipecc). Investigaciones del Conicet señalan que el déficit asciende a 6,5 millones de casas (Di Virgilio).
Si se contemplan las diferentes formas de precariedad habitacional (asociadas a formas irregulares de alquiler, inquilinatos, viviendas populares y conventillos, hoteles populares, villas, asentamientos, arrendamientos informales y precarios en entornos rurales), la falta de techo propio crece aún más.
Intervenciones y obras en Rosario
El Renabap y Secretaría de Integración Socio Urbana (Sisu) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación realizan obras de integración generales en 24 barrios de Rosario.
“En 115 puntos estamos llevando adelante mejoramientos de viviendas (principalmente a través de Mi Pieza). En total, 10.921 familias se están beneficiando con obras de infraestructura y 9.723 familias con otras de mejoramiento de vivienda. Además, estamos llevando adelante un proyecto de lotes con servicios, a través del cual ya 209 familias tendrán acceso a un lote”, detalló Aranovich.
Entre los detalles de las tareas realizadas y en marcha que informó la coordinadora nacional, se destacan obras integrales, de urbanización y conexión a servicios en Tablada, Nuevo Alberdi Oeste (donde se ejecuta una “red de distribución de agua potable”), Tío Rolo/Bella Vista, Parque Casas, Villa Banana y Los Pumitas, entre otros. También, en proceso de contratación, “obras de lotes con servicios en infraestructuras para 331 viviendas en barrio Santa Lucía Oeste”.
Se trata de avances que suelen ir más lentos que el crecimiento de la demanda y las necesidades. El relevamiento oficial que resume esta nota traza un mapa general de una de las deudas de la democracia. El lunes 23 a la mañana, gane quien gane en las elecciones presidenciales, el déficit habitacional seguirá ahí a la espera de programas concretos y planes sostenibles en el tiempo.
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