La Inteligencia artificial puede ser una herramienta maravillosa, pero tiene un lado oscuro. En los últimos tiempos crecieron en importarte medida los casos de "deepfake". Se trata de la manipulación de imágenes, montajes de rostros con cuerpos de otras personas, en situaciones sexuales. 

En el país se registran varios casos, pero también los hay cerca de Rosario. A unos 30 kilómetros, en San Jerónimo Sud, hay más de una decena de presuntas víctimas. 

Pueden ser videos o fotos con imágenes falsas. Se realiza un montaje y el resultado parece real, pero ha sido generada por la inteligencia artificial: una cara que no se corresponde con el cuerpo que se ve; en ocasiones con distribución de ese material vinculado con lo sexual. 

El psicólogo Facundo Corvalán (Mat: 4775) explicó las implicancias de este tipo de acciones: "Se genera un contenido distorsionado, en perjuicio de las identidades de las personas. Primero es necesario reconocer el delito, nadie puede tomar la imagen de una persona para su conveniencia, sea cual sea".

En el mismo plano, amplió: "Luego es necesario dar la suficiente importancia a trabajar, en la familia y en las escuelas, de trabajar en la educación sexual y en los límites de estos comportamientos". 

"Es una forma actualizada de agresión, tiene implicancias no solo legales, sino también subjetivas para con las otras personas. Es decir, produce daño". 

Un caso de deepfake en la región

 

Uno de estos casos se sitúa en la localidad de San Jerónimo Sud, a unos 30 kilómetros de Rosario, donde hay 12 presuntas víctimas.

No es un adolescente el que llevó a cabo esta distorsión de las identidades, se trata de una persona de 49 años, según la investigación, y tampoco son menores las personas agraviadas. 

Le descubrieron imágenes falsificadas de unas 80 personas. La policía allanó la vivienda del presunto autor del delito.

Se trata de un pueblo de unos 3 mil habitantes. A muchos de ellos, les empezaron a llegar imágenes, a través de un grupo de Telegram que se llamaba "chicas de la zona", donde había mujeres del pueblo. Y decidieron hacer la denuncia. 

El fiscal Aquiles Balbis inició una investigación para ver quién era el responsable del chat. Tras el allanamiento descubrieron unas 80 mil imágenes. Lo que hay en este marco es una causa civil, y no penal. Es decir, calumnias e injurias. Para avanzar, las víctimas deberían presentarse como querellante, pero aún no lo han hecho.

De todos modos, el hombre fue imputado por tenencia de pornografía infantil porque le encontraron en sus dispositivos imágenes de menores.