Jacquelina es una de las personas trans que ingresó a trabajar como no docente en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) luego que la institución implementara el cupo laboral travesti y trans, según un programa que presentó el martes pasado el rector Franco Bartolacci en un acto realizado en la sede de Gobierno. Tras valorar la iniciativa que le permite “tener derechos, un sueldo y una vida digna", exigió la sanción definitiva de la ley de cupo trans en la provincia este jueves de parte de los senadores. “Esperamos la decisión política”, señaló.
"Es una decisión importantísima (el cupo laboral trans) para tener derechos, un sueldo y una vida digna", sostuvo en diálogo con Radiópolis (Radio 2), Jacquelina, activista y una de las trabajadoras que ingresó a la UNR. “Es una decisión política del rectorado que para lo personal ha sido una gran alivio como lo es en la vida de cualquier ciudadano. Hay dignidad cuando hay trabajo”, indicó.
Jacquelina contó que entrará a trabajar en la área de género y sexualidad en el rectorado. “Es todo un desafío”, manifestó y advirtió: “Tenemos compañeras que califican y sobre califican pero nunca tienen la posibilidad de presentar un CV por ser trans. Si le preguntás a una persona si tomaría una niñera trans te dice que sí pero después no la toma, en el super no te toman por la apariencia, porque dicen que los clientes te van a mirar con mala cara”.
Este jueves, a las 12, las organizaciones militantes por los derechos de la comunidad tienen previsto desarrollar un acto en la explanada de la Legislatura para exigir la sanción definitiva del proyecto, que cuenta con la media sanción de la Cámara de Diputados. La iniciativa, que de no aprobarse hoy perdería su estado parlamentario, le asigna un “cupo” de puestos de trabajo en los tres poderes del Estado y alienta, además, la contratación de personas de ese colectivo en el sector privado a través de convenios para pasantías. El texto establece que la proporción de ingresantes no será menor al 10 por ciento de las personas que hayan procedido al cambio de su sexo, nombre e imagen en el Registro Civil de la provincia de acuerdo a la ley nacional de Identidad de Género.
“Tengo una tremenda esperanza de que sea contagioso”, observó Jackelina. “Soy una de las que trabajó en el cupo trans que tiene media sanción pero nos encontramos con el prejuicio de los senadores. Como peronista veo que mi propio partido me niega la inclusión. Esperemos que tomen la decisión política de incluirnos como ciudadanos de primera”, concluyó.