Hace tan solo una semana, Rafael Nadal levantaba su título número 13 en Roland Garros y ganaba su partido número 100 del ciclo. Pero de ese encuentro no sólo se destaca su notable participación, sino también un detalle que no pasó desapercibido: el reloj que el campeón usó durante el encuentro.
Se trata de un tourbillon, fabricado por la compañía Richard Mille, resistente a impactos de hasta 12.000 Gs y fabricado en una aleación biocompatible de titanio, aluminio y vanadio excepcionalmente sólida y resistente a la corrosión.
El diseño, bautizado RM 27-04, es el cuarto elaborado por la relojera suiza, única y exclusivamente para el rey del polvo de ladrillo del tenis, en una asociación que empezó en el año 2010. La misma surgió cuando Richard Mille le propuso al español ser su embajador, siendo la condición para llevarlo a cabo un reloj que no le incomodará al momento de jugar, pues lo quería lucir en campo.
Nadal lo dejó muy claro desde el principio, su reloj debía ser muy ligero y extremadamente resistente, para evitar que se le deshiciera en mil pedazos en medio de la pista por un golpe de pelota. Con estas premisas, la empresa ha creado un reloj deportivo de solo 30 gramos, incluida la correa.
Año tras año, el fabricante de relojes se empeñaba en entregarle al tenista modelos cada vez mejores, más resistentes y livianos que el anterior. Y así fue como para la reciente edición del torneo francés, Nadal recibió un ejemplar valuado en 1 millón 35 mil euros, del cual se fabricarán apenas 50 unidades. Uno de los detalles más llamativos de la unidad es su diseño, inspirado en las cuerdas de una raqueta.