La vacuna experimental contra el coronavirus desarrollada por los Institutos Nacional de la Salud de Estados Unidos y la empresa Moderna fortalece el sistema inmune como se esperaba. Esto se desprende de los resultados de la primera fase de pruebas, iniciada en marzo.
Los 45 participantes, de 18 a 55 años de edad, recibieron dos inyecciones, separadas por 28 días. Las dosis de inyecciones variaron entre los tres grupos en los que fueron divididos los sujetos, según un informe publicado en la revista New England Journal of Medicine.
Al observar la sangre de los voluntarios, los científicos descubrieron que "los títulos de anticuerpos de unión y neutralización inducidos por el esquema de dos dosis fueron similares a los encontrados en muestras de suero convalecientes".
En cuanto a los efectos secundarios, se observaron en más de la mitad de los participantes, pero se trató de síntomas leves como "fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, mialgia y dolor en el lugar de la inyección". Como resultado, opinan los investigadores, "los hallazgos apoyan el desarrollo ulterior de esta vacuna", denominada mRNA-1273. "Se mire como se mire, es una buena noticia", comentó a AP el principal epidemiólogo de Estados Unidos, Anthony Fauci.
Por su parte, la autora principal del informe, la doctora Liza Jackson, de Kaiser Permanente Washington Research Institute (Seattle), calificó la primera fase de la prueba como "un componente esencial que se necesita para avanzar con los ensayos que realmente podrán determinar si la vacuna protege contra la infección".
Las pruebas masivas de mRNA-1273 se iniciarán alrededor del 27 de julio con más de 30.000 voluntarios, según publicó RT.