El recambio turístico de enero para febrero motivó que en la Terminal de Ómnibus de Rosario se endurecieran los controles por el coronavirus sobre micros y pasajeros, tanto los que salen de la ciudad como los que llegan para poder monitorear personas posiblemente contagiadas en sus lugares de descanso.
Personal de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) intervenía en cada ómnibus –apenas unos 50 por día, cuando otros veranos el promedio era 450– para revisar diferentes normas obligatorias por la pandemia.
A los viajeros se les toma la temperatura antes de subir y se les obliga a tener todo el tiempo puesto el barbijo, así como haber tramitado online el Certificado Verano, detalló desde el móvil de Telenoche (El Tres) Lautaro Ciarroca, director regional de la CNRT.
En tanto, a las empresas de transporte se les exige un determinado máximo de pasajeros, la separación física de la cabina con al menos un nylon divisorio –al anochecer una empresa fue multada por no tenerlo–, provisión de alcohol en gel, recirculación del aire acondicionado, e información visible acerca de los protocolos y teléfonos de denuncias.
Similares controles se realizan a los micros que llegan con pasajeros a Rosario y sobre todo a los pasajeros para evitar el ingreso descontrolado de posibles infectados de covid-19.
El funcionario agregó que además de la fiscalización en la Terminal, la CNRT participa en los retenes dispuestos junto a Gendarmería Nacional en peajes de las principales rutas.
Eso apunta sobre todo, explicó, a revisar posibles “colectivos ilegales” que circulan por rutas y autopistas y no partieron de una estación de ómnibus.