El 93 por ciento de la ocupación de camas de terapia intensiva en Rosario, tanto del sector público como privado, encendió un alarma en la ciudad. Es que durante el fin de semana se produjo un salto abrupto y el alerta pasó de amarilla a naranja. El temor, tal como ocurrió el año pasado, es que la luz se vuelva roja y colapse la atención crítica a pacientes enfermos.
En declaraciones a De 12 a 14 (El Tres), Roberto Villavicencio, presidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados, brindó una explicación acerca de por qué se ocupan tantas plazas en las unidades de cuidados intensivos. “Los pacientes que se enferman son menores y tienen más reservas físicas y sus estadías son de tiempos mayores, las altas médicas demoran más, eso lleva a la saturación de camas”.
“Estamos reciclando el piso general y el de cuidados intensivos para aumentar la oferta de camas”, confió y sumó: “Estamos viendo la forma de optimizar y tener más, la posibilidad de sumar 30 o 40 camas más en el curso de la semana”.
Por otra parte, descartó que por el momento se suspendan las cirugías programadas. “No las hemos suspendidos aun, la mayoría son intervenciones que no requieren más de entre 24 y 48 horas de internación”.
A su lado, la infectóloga Carolina Subira, consideró: “La segunda ola está aquí y ha llegado el impacto con los aumentos de los contagios en la ciudad y en el país” y ratificó que el porcentaje de ocupación de camas críticas llegó al 93 por ciento tanto en el ámbito público como privado.
“Nos preocupa”, admitió y advirtió: “Lo que hemos temido siempre, quedarnos sin camas, es una posibilidad que siempre existe”.
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