El gobierno iraní informó este martes que otras 135 personas murieron por coronavirus en el país, elevando a 988 la cifra de fallecidos. Anunció la suspensión de festividades y la liberación de unos 85.000 presos.

Según el Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas se confirmaron 1.178 nuevos casos de contagio, con lo que el total sube a 16.169, mientras que hasta ahora 5.389 enfermos recuperaron.

Ante esta situación, el jefe de la Policía de prevención de Teherán, Keyvan Zahirí, pidió a los ciudadanos que "se queden en sus casas y celebren la fiesta de hoy al lado de los miembros de su familia" para evitar una mayor propagación del coronavirus.

"La Policía actuará según la ley ante las personas que celebren el Charshanbesurí" advirtió Zahirí y alertó, asimismo, de los riesgos que entraña esta fiesta como incendios y destrucción de vehículos.

La controvertida festividad del "Charshanbesurí", durante la que es habitual prender hogueras y tirar petardos, es de tradición zoroastriana, la religión dominante en Irán antes de la llegada del islam, y se remonta a unos 1.700 años antes de Cristo.

Además de prohibir esta celebración, las autoridades iraníes cerraron en la noche de este lunes los mausoleos del imán Reza, el octavo de los chiitas, en la ciudad de Mashad, y el de su hermana Fatemeh Masumeh en Qom.

Algunos fieles reaccionaron con enfado y trataron de abrir las puertas por la fuerza, causando daños materiales, unas acciones que fueron duramente criticadas en esta jornada por las autoridades.

También comenzó una campaña para inspeccionar y tomar la temperatura a los ciudadanos en las rutas de entrada y salida de algunas ciudades para detectar casos de coronavirus y se instó a la población a evitar cualquier viaje o desplazamiento "innecesario", también estableció controles en aeropuertos y estaciones de tren y colectivos.

En paralelo, continúa la aplicación de medidas drásticas para contener la crisis sanitaria.

Las máximas autoridades del Poder Judicial informaron que hasta la fecha otorgaron permisos penitenciarios temporales a 85.000 prisioneros, entre ellos a aquellos considerados políticos.

"Más del 50% de los presos de seguridad beneficiaron con ese permiso", informó el portavoz Gholamhosein Esmailí en rueda de prensa, aunque no dio detalles sobre los detenidos ni sobre la duración del permiso.

Las autoridades se refieren con el eufemismo "presos de seguridad" a los detenidos por razones políticas, ya que niegan que en sus cárceles haya encerradas personas por esos motivos.

Esmailí reaccionó así a las informaciones que apuntaban que a los presos políticos no se les estaba concediendo la libertad temporal, que comenzó a aplicarse hace ya dos semanas para aquellos detenidos que no suponen un peligro para la sociedad.

En la aplicación de esta medida, el Poder Judicial dio prioridad a aquellos prisioneros con enfermedades crónicas y a aquellos condenados a penas inferiores a cinco años de cárcel.

En cuanto a los presos políticos, no trascendieron por ahora los nombres de ninguno y menos de aquellos conocidos como la abogada y defensora de derechos humanos Nasrin Sotudeh o la británico-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe.

Sobre esta última, encarcelada en Teherán por supuesto espionaje, Esmailí dijo a principios de mes que se encontraba bien de salud y que no había contraído el coronavirus, como temía su familia.

Tampoco se sabe si se habrán beneficiado de estos permisos algunos de los miles de detenidos durante las protestas del pasado noviembre contra el sistema islámico con motivo de la subida del precio de la gasolina.

Fuente: Télam