España se convirtió este miércoles en el primer país de la Unión Europea (UE) en superar el millón de contagios de coronavirus, según cifras oficiales, frente a lo cual el gobierno analiza un endurecimiento de las medidas restrictivas para frenar la expansión de la pandemia pese a la férrea resistencia de algunas regiones.
El país reportó 16.973 casos en las últimas 24 horas, de acuerdo al último recuento del Ministerio de Sanidad, lo que elevó el total a 1.005.295 desde que el primer caso fuera diagnosticado el 31 de enero en la isla de La Gomera, en el archipiélago de Canarias.
El número de decesos se elevó a 34.366, 156 de ellos contabilizados en las últimas 24 horas.
España, con 47 millones de habitantes, es el sexto país en el mundo en superar la barrera del millón de casos. Los otros cinco son Estados Unidos, India, Brasil, Rusia y Argentina, según un recuento difundido por la agencia de noticias AFP, que cita índices oficiales.
Con infectados en promedio más jóvenes, esta segunda ola de contagios es menos letal que la primera, que tuvo su punto culminante entre finales de marzo y principios de abril, con unos 800 decesos por día.
Pero con el personal sanitario lanzando advertencias de que algunos hospitales pueden volver a colapsar, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, adelantó ayer que el Gobierno español sopesa le implementación de nuevas restricciones, incluso un toque de queda, como ya fue impuesto en Francia, Bélgica, Eslovenia y dos regiones de Italia.
"Vienen semanas muy duras, viene el invierno, la segunda ola ya no es una amenaza, es una realidad en toda Europa", advirtió Illa, quien aclaró que el Gobierno está abierto "a todos los planteamientos que pueda haber" frente al flagelo.
El funcionario se reunirá mañana con los representantes de las regiones autónomas, que detentan las competencias en materia de salud pública, para actualizar el plan antiCovid.
España fue uno de los países más golpeados por la primera ola de la pandemia, hasta que aplicó uno de los confinamientos más rígidos de Europa entre marzo y junio y controló los contagios.
Pero los casos volvieron a multiplicarse desde julio por varias razones: el intento de salvar la temporada del turismo, uno de los motores de la economía española, la rápida vuelta a la vida social y el ocio nocturno, y problemas en el sistema de rastreo de los enfermos.
Agrios desacuerdos entre los Gobiernos central y regionales, y entre los partidos políticos sobre el alcance de las medidas a aplicar ante el repunte agravaron aún más la situación
Madrid y zonas periféricas fueron puestas bajo cierre perimetral desde principios de octubre, mientras que Cataluña impuso el cierre de bares y restaurantes por 15 días.
En estos momentos los hospitales no están tan exigidos como en la primera ola, pero los esfuerzos del confinamiento desde el final del verano europeo se perdieron por la falta de preparación para esta segunda ola, lamentó Ángela Hernández Puente, vicesecretaria de la asociación médica de Madrid Amtys.
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