Ecuador, uno de los países más afectados de la región, sumó más de un millar de nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas y la provincia de la que Quito es capital, Pichincha, ya alcanza los 11.269 contagios desde el inicio de la pandemia, con el sistema de terapia intensiva saturado, según el último boletín oficial.
Los datos oficiales indican, además, que los fallecimientos confirmados en el país ascienden a 5.207, mientras que los probables suman 3.355, mientras que el total de casos positivos llegó a 72.444.
Desde que se reportó el primer caso, el 29 de febrero, se han tomado un total de 190.349 pruebas, gracias a las que se descartaron 97.200 casos, mientras que 5.900 pacientes se recuperaron del virus y otros 9.278 recibieron el alta hospitalaria.
De las 24 provincias de Ecuador, Guayas (cuya capital es Guayaquil) encabeza la lista de contagios, con 16.810, lo que equivale al 26,94% a nivel nacional, aunque la de Pichincha se acerca a las demás, al registrar 11.269 positivos, cerca de 200 más que el miércoles, lo que representa el 18,06 % del total de los afectados del país, reportaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
Ecuador se encuentra desde el mes pasado en un proceso de desescalada en las restricciones en su estrategia epidemiológica implementada por el presidente Lenín Moreno para encarar la pandemia, que ha recibido fuertes críticas por su rígida postura de priorizar la economía por sobre la salud .
La ciudad de Guayaquil pasó del color rojo al amarillo en el semáforo epidemiológico el 20 de mayo, aunque sigue aglutinando el mayor número de casos en el país.
Quito inició el 3 de junio una nueva etapa de relajamiento, situación que ha llevado a un incremento de contagios en la capital ecuatoriana que derivó en el colapso de camas de terapia intensiva, tanto en hospitales públicos como en clínicas privadas, según reconoció días atrás el propio Ejecutivo.
El Gobierno local solicitó esta semana al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional la autorización para adoptar nuevas medidas para contrarrestar la curva de contagios, entre ellas instaurar la ley seca o ampliar el toque de queda que rige en la ciudad entre las 21 y las 5.
Cuando Quito pasó a la nueva fase en la desescalada, la provincia de Pichincha acumulaba el 13% de los casos a nivel nacional, mientras que hoy supera el 18%.
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