El ex policía Matías Ezequiel Martínez fue condenado a cadena perpetua por asesinar de 15 puñaladas a Úrsula Bahillo, en febrero pasado en Rojas. Martínez tenía prohibido acercarse, ya que la joven lo había denunciado varias veces por violencia de género.
La audiencia comenzó a las 10, en el sexto piso de la sede de los tribunales de Junín con la lectura del fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de esa ciudad del noroeste de la provincia de Buenos Aires.
El juicio por el femicidio de la joven comenzó el viernes 3 de diciembre último. Durante la única audiencia del debate declararon unos diez testigos, entre ellos el padre de la víctima, y el único acusado del juicio, el ex policía y ex pareja de Bahillo.
De acuerdo a los voceros, Martínez aseguró ante el TOC 1, conformado por los jueces Carina Piegari, Claudia Dana y Esteban Melilli, que no tuvo intenciones de matar a la joven y que ella lo "agredió" en primera instancia.
Finalizada la ronda de testigos, el fiscal Terrón, quien también instruyó la causa, realizó la pena de reclusión perpetua para el expolicía por el crimen de Bahillo.
Por su parte, el abogado Emiliano Basso, quien representa a la familia de la joven asesinada como particular damnificada en la causa, acompañó el pedido del representante del Ministerio Público Fiscal.
En tanto, la defensa del Martínez había solicitado que sea condenado por un "homicidio en exceso de la legítima defensa", indicaron los voceros judiciales.
El caso
Úrsula fue hallada asesinada a puñaladas el lunes 8 de febrero último cerca de las 20.30, entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a Martínez herido.
El femicidio fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó en un llamado que "se había mandado una cagada".
Al llegar al lugar, la policía encontró a la chica asesinada y al hombre malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto. Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó detenido.
El policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.