Más de cien personas en Rosario transitan, actualmente, un aislamiento preventivo por coronavirus en Rosario. No están enfermos pero es posible que aparezcan síntomas porque han estado cerca de alguna persona que contrajo coronavirus o bien, con algún contacto estrecho de ese enfermo o enferma. Son los aislados por el coronavirus, los que esperan y desesperan en sus casas atentos a sus cuerpos, alertas a alguna señal que les avise de este virus que muchas veces parece inalcanzable. La cifra irá en aumento en proporción a la aparición de infectados y en función al comportamiento que estos hayan tenido antes de conocer su estado infeccioso, cuando fueron a trabajar o se reunieron con familiares o amigos.
Rosario contabiliza en total, de acuerdo al recuento hasta ayer, 24 de junio, 128 casos positivos de covid-19 –109 fueron dados de alta– y desde la Secretaría de Salud consideran que es un escenario medianamente positivo en relación a la situación de la pandemia en el país. En contacto con Rosario3, el secretario Leonardo Caruana ofreció dos palabras claves que se complementan: cluster y burbuja. En la ciudad, el contagio se viene dando (en clusters) a través de grupos familiares o laborales a partir de un caso índice que, en lo que se conoce como segundo brote –período inaugurado con el primer caso de covid-19 después de 20 días sin resultados positivos–se produjo, hasta ahora, en personas que visitaron la provincia de Buenos Aires o Carreras, regresaron a Rosario y contagiaron.
“El cluster que se originó con el caso positivo tras 20 días sin casos fue controlado en términos epidemiológicos porque está la mayoría de alta y no ha habido más casos alrededor de ese recorrido o investigación”, precisó el funcionario, quien contó que a éste le siguieron al menos dos clusters más, uno de ellos con derivaciones que fueron noticia recientemente con un caso positivo de un hombre cuya pareja trabaja en el edificio de la ex Aduana de Rosario.
En este sentido, Caruana consideró que cada caso índice genera un número particular de nuevos casos y éste depende de la conducta preventiva que haya tenido el o la paciente. Aquí la relevancia de la segunda palabra clave: la burbuja, que básicamente es el núcleo familiar de cada uno. “El factor de riesgo todavía es la circulación del que va y viene a lugares de circulación viral, pero venimos a un lugar donde hay más cantidad de actividades permitidas y entonces la posibilidad de ampliación del cluster es mayor. Por eso el cuidado tiene que ser con la misma jerarquía e intensidad que en la primera etapa. Hoy, al haber encuentros sociales y familiares y funcionamiento de la ciudad está en un 80 por ciento, la burbuja puede extenderse y entonces el impacto puede ser mayor”, apuntó.
Aislados
Hay más de un centenar de personas en Rosario que debieron ser aisladas preventivamente a partir de los últimos casos positivos informados, de acuerdo a lo que indicaron las autoridades sanitarias municipales. “El evento que nos provoca el número de aislados tiene que ver con la cantidad de positivos y la cantidad de contactos con otros. Nos da un número importante porque tenemos un número importante de casos y distintos encuentros laborales o familiares”, advirtió Caruana.
¿Quiénes son los aislados de hoy en Rosario? “El aislado no es necesariamente sospechoso –implica que manifiesta algún síntoma compatible con el virus o bien ha estado entre 15 y 30 minutos cerca de un enfermo o enferma– sino que es preventivo. Nosotros hacemos un aislamiento de las personas que estuvieron o que tienen contacto estrecho con un caso o que tienen síntomas. Nos anticipamos y aislamos todo lo que podemos”, explicó y continuó: “Si una de estas personas que estuvo con un positivo desarrolla síntomas aislamos a las personas que estuvieron con ella y se transforma en una segunda o tercera ola de aislamiento”.
Un ejemplo claro es lo que sucedió en la ex Aduana. “A la pareja del hombre que dio positivo se la aisló porque era sospechosa al manifestar síntomas. También se aisló a 5 personas que tuvieron contacto estrecho con ella aunque no tengan síntomas y al resto de las personas se las ingresó a la fase uno para que solo trabajen y vuelvan a sus casas, y no realicen eventos sociales ni familiares”, amplió.
Seguimiento de contactos
Los aislados son monitoreados desde la Secretaría de Salud. Durante la cuarentena que deben guardar, son llamados hasta dos veces al día por personal municipal que no sólo están atentos a los síntomas que pudieran surgir sino también que efectúan un acompañamiento que resulta esencial para los pacientes en un marco de suma incertidumbre y preocupación. Pacientes consultados por Rosario3 han dado cuenta del alivio que significó esta intervención.
Caruana reconoció que en la secretaría que lidera “como a una familia, nos cambió la dinámica de trabajo y hemos transformado áreas que garantizan ese seguimiento epidemiológico y tenemos potenciales equipos preparados para ampliar esa oferta”, reconoció ante un panorama que plantea una multiplicación de contagios.
“A partir del caso positivo, hay un acercamiento a la persona y se define ahí el contacto cercano, los casuales, quiénes usaron métodos de protección, cuál es el nexo epidemiológico que los unen. Nosotros ampliamos, internamos sospechosos cuando hay necesidad y no hay posibilidad ni condiciones de aislamiento, para estos casos se habilitaron centros de aislamiento. Si alguno de estos contactos empieza a tener síntomas lo estudiamos y si da positivo se empiezan a estudiar otros contactos. Hacemos el seguimiento diario hasta darle el alta definitiva”, describió.
Por último, evaluó sobre la pandemia: “Al no existir otra alternativa una vacuna y ser alta la contagiosidad sigue siendo el distanciamiento la medida más importante. En esta etapa tenemos la responsabilidad sobre cómo hacemos ese encuentro familiar, la cantidad de horas que estamos, si lo hacemos a dos metros de distancia, ventilados los ambientes y si respetamos la burbuja social cuando salimos a caminar”, concluyó.
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