El frío extremo que impera en Rosario y la región impacta de lleno en los organismos. ¿Qué pasa en el cuerpo ante temperaturas bajo cero? ¿Qué hay que hacer para darle combate? Marcelo Mariño, médico clínico del sanatorio Británico fue consultado en Radiópolis (Radio 2) al respecto y brindó algunas claves importantes.

El profesional explicó que cuando se experimenta el frío, “el organismo tiene mecanismos internos de fabricación de calor, el clásico chucho de frío, que es la contracción muscular, esto de tiritar”. De acuerdo a lo que indicó, de esta forma, el cuerpo “fabrica calor interno y ubica al organismo, por lo menos, a la temperatura interna para preservar el funcionamiento de los órganos, que es de 36 grados”.

Esta posibilidad de contrarrestar el frío debe ser acompañada por medidas externas, vinculadas a la conducta. “A la hora de cuidarnos, cuenta todo lo que tenga que ver con abrigo, sobre todo de las partes que están descubiertas, como por ejemplo, cara y manos y la zona de tobillos”. La nutrición es otro factor a tener en cuenta: por estos días es necesario aportar calorías con platos suculentos, como el típico “guiso de la abuela”.

A taparse con todo.

Mariño advirtió que además de la comida, es vital la hidratación, y en este sentido, consideró que el agua puede reemplazarse por infusiones calientes como por ejemplo, el té o el mate. No sucede lo mismo con el café o la leche, según destacó.

Consultado sobre las consecuencias de las heladas en las personas en situación de calle –se estima que en Rosario hay unas 800–, el médico observó: “Es más difícil todo, en cero grado el organismo está en riesgo en lo que tiene que ver las vías respiratorias”. Ante la exposición prolongada, el organismo presenta el mecanismo de la hipotermia. “Es cuando el termostato hipotalámico interno pierde la regulación y a una persona titiritar no le es suficiente, comienza con un estado de agotamiento físico y, el estado mental –porque lo neurológico es la manera de expresarse– va a la confusión y a la somnolencia, arrastra la palabra”, precisó. Ante este cuadro, la urgencia es devolver temperatura al cuerpo, a través de abrigo y artefactos.

Aire libre

Las vacaciones de invierno invitan a salir de paseo. Pero, con este clima, ¿es prudente? El clínico recomendó exponerse al aire libre entre las 11 y las 16 cuando el sol calienta con mayor fuerza.

“Hay que limitar las actividades al aire libre por tiempo prolongado, y si se sale hay que hacerlo con abrigo, tomando infusiones calientes y habiendo ingerido calorías”, manifestó.

Moco

Ante el frío, “el sistema empieza a fabricar mucosidad para hidratar a ese aire y hay una parálisis transitoria del sistema que aclara y barre cuerpos extraños y el moco afuera”. Además, según mencionó el médico, en esta época hay mayor circulación de virus que encuentran el medio propicio para sobrevivir. “Aparece el resfrío común donde hay mucosidad, estornudo y tos, y otra cosa es cuando hay fiebre y decaimiento”, planteó.

Según estimó, los cuadros respiratorios no infecciosos pueden extenderse una semana si no se aplica un tratamiento medicamentoso. “Son 3, 5 y hasta 7 días con medidas caseras, y hay que hacer una consulta cuando hay fiebre, mucosidad verdosa, silbidos respiratorios o falta de aire”, reparó. Por último, dejó en claro la importancia de vacunarse para niños y ancianos, aunque observó que es ideal hacerlo en abril o en mayo ya que el cuerpo demora unas tres semanas para fabricar anticuerpos.