Tras el comienzo del juicio por narcotráfico a Julio Andrés Rodríguez Granthon por la causa que se originó con el operativo llamado “Cuevas blancas” y tiene al ex director de la Terminal Puerto Rosario Gustavo Shanahan acusado como integrante de la organización con el rol de proveedor mayorista de dólares, el fiscal federal de Rosario, Federico Reynares Solari, brindó detalles de la investigación, aseguró que cuentan con elementos para probar que en la cueva financiera del contador “había una periodicidad de atender a personas que provenían de actividades narcocriminales” y señaló que la Justicia tiene una deuda con posar la mirada sobre la circulación del dinero proveniente de ilícitos como el comercio de estupefacientes.
El funcionario habló en Radio 2 de un “sistema judicial moroso” por haber tardado “tanto tiempo en poner la mira” sobre la ruta económica del narcotráfico porque “cualquier persona puede observar cómo circulan ciertos activos o patrimonios que no tienen una justificación formal”.
“La Justicia recién está posando la mirada ahí. Habíamos contado una sola parte de la historia del complejo narcocriminal, las circunstancias de los barrios que son tremendas y le han dislocado la vida a los habitantes”, expresó en diálogo con el programa Radiópolis.
El fiscal abundó que en “cómo circula ese dinero, que es el combustible que genera que el negocio tenga sentido, es donde no se había ido hasta este momento” y uno de los aspectos que pretenden mostrar y probar en el juicio contra Rodríguez Granthon y Shanahan.
La Justicia federal entiende que sin esos dólares la organización no podía comprar la cocaína que luego era distribuida en distintos búnkers de la ciudad. De hecho, en la primera audiencia, llevada a cabo el último lunes el propio Rodríguez Granthon terminó “admitiendo que desde la cárcel adquiría moneda extranjera en ese lugar”.
Consultado sobre si hay un monitoreo desde los organismos de control sobre otras cuevas financieras, como la que pertenecía al contador rosarino y operaba en España al 800, Reynares Solari ponderó que se hayan incorporado recursos a la Unidad de Información Financiera (UIF), la Procunar y la Procelac, sostuvo que “todas las previsiones institucionales posibles” se están tomando pero que “nunca son suficientes”.
“Se puede y se debe parar. En 2021 no teníamos ningún contador para investigar estos delitos, ahora tenemos una manera diferente de pararnos. La UIF está teniendo otra actitud en Rosario. El delito narcocriminal no es solo lo que pasa en los barrios, lo que fundamentalmente lubrica ese sistema es la circulación del dinero”, abundó.
En otro tramo de la entrevista, el fiscal federal analizó que la informalidad de buena parte de la economía argentina complica detectar cuándo se ingresa a los canales formales dinero proveniente del narcotráfico y otros delitos.
“Quién vende drogas en un barrio es visible, en cambio quien viabiliza el dinero es más difícil de ver”, concluyó.