El servicio de atención a las víctimas de violencia de género conocido como Teléfono Verde funciona desde hace casi 30 años de manera ininterrumpida y es pionero en el país. Como todo servicio, requiere renovación y adaptación a los tiempos que corren. Un claro ejemplo fue la incorporación de su servicio de mensajería Contacto Violeta durante el encierro de la pandemia, cuando se dificultaba realizar un llamado frente al agresor conviviente. Este servicio municipal consiste en un contacto de acompañamiento y asesoramiento de primera instancia, que luego tiene un seguimiento que puede derivar o no en una denuncia judicial según la persona decida.
Ahora, en el Concejo se avanza en la elaboración de una normativa que genere mayor accesibilidad y a su vez más difusión pública de este servicio. Organizaciones que acompañan a víctimas de violencia en los barrios y el Observatorio de Violencias Machistas que conduce la concejala Norma López advirtieron en los últimos años la necesidad de otorgar al Teléfono Verde de herramientas inclusivas específicas, en los casos de mujeres originarias, hipoacúsicas y de la tercera edad.
El Contacto Violeta posee limitaciones, ya que al momento solo funciona ante situaciones de emergencia, no recibe audios ni llamadas, lo cual obstaculiza la comunicación a personas no alfabetizadas, con discapacidad y mayores debido a la brecha digital.
En diálogo con Rosario3, la edila López, que promovió la modificación de la normativa, destacó: “Encontramos dificultades en entender a las mujeres pertenecientes a pueblos originarios, así como hipoacúsicas cuando se acercan a pedir ayuda, entonces resultan revictimizadas por esa barrera del lenguaje. Nosotras mismas fuimos necesitando la colaboración con otras organizaciones, como por ejemplo, con las que tienen a alguien que sepa lenguaje de señas, o que trabajan con mujeres de la misma lengua qom".
La concejala aclaró que “el Teléfono Verde ya está desarrollando algunas iniciativas con abordajes inclusivos (tal es el caso de la atención de personas sordas con intérpretes), pero estos cambios se deben incorporar a la normativa que es de 1996”.
López aclaró que para un abordaje más integral es necesario que el dispositivo tenga convenios con organizaciones que trabajan con discapacidades, así como también con mujeres qom y, por ejemplo, con Pami en el caso de las mujeres mayores. Y adelantó que “en la comisión de feminismos se incorporó el artículo Nº. 1 Bis para que este servicio tenga establecido su trabajo conjunto con la Dirección de Pueblos Originarios, la Dirección de Discapacidad y con el Área de Adultos Mayores”.
“Una vez recibimos con las organizaciones a una chica que era hipoacúsica, necesitaba expresar una situación de violencia y no lográbamos comprenderla hasta que le dimos una computadora para que escriba su situación, y esta es una herramienta que sería bueno tenga el dispositivo”, relató la concejala.
Mayor difusión a través de publicidad en el transporte y los edificios
El proyecto que se debate, modifica la ordenanza Nº 6.238 de creación del Teléfono Verde. Tuvo proveído en la comisión de Feminismos, donde se acordó el texto que reza: “El Ejecutivo municipal, en coordinación con las áreas que correspondan, arbitrará los medios necesarios para que dentro de la asistencia y asesoramiento que brinden el dispositivo Teléfono Verde se complemente con una asistencia inclusiva, ya sea lenguas indígenas, extranjeras, de señas y otras que se consideren pertinentes”. Además de sumar estos aspectos de asistencia más accesible, se estableció que “todo el Transporte Urbano de Pasajeros de la ciudad, vehículos oficiales y edificios de dependencias municipales deberán exponer en lugares visibles, cartelería y/o material de difusión de las líneas telefónicas para poder acceder a consultas en situaciones de violencia por motivos de género, en distintos soportes, con especial atención a la accesibilidad”. “Hay soportes en colectivos que funcionan para difundir información vinculada a las personas con discapacidad visual. Entonces, entendemos que es una herramienta clave”, resaltó. Hubo acuerdo entre las concejalas presentes y el proyecto que modifica la ordenanza seguirá su desarrollo en la comisión de Presupuesto y Hacienda. La concejala López destacó que en estos años desde el Observatorio se detectaron muchos casos de violencia de género en mujeres de la tercera edad, los cuales no poseen un tratamiento particular: “Durante el encierro de la pandemia notamos que habían casos en la convivencia con sus parejas. Es un sector que en la política pública lo sentimos un poco invisibilizado, o menos desarrollado en funciones que otros rangos etarios”. En consecuencia, se articuló el abordaje con Pami y con trabajadoras sociales, “con las especificidades que requiere la gerontología”, razón por la cual el asunto tercera edad fue incluido en el proyecto de reforma del servicio. Norma López aseguró que “sigue siendo un tabú el asunto de la sexualidad de las personas mayores”, y recordó: “En pandemia, nuestra compañera Mercedes Pagnutti (que realizaba los mapas de femicidios) detectó en las noticias algunos casos de mujeres muertas en su casa, en situaciones que ameritaban dudar si no se trataba de víctimas de violencia de género. En otros casos, la familia ocultaba o negaba que su madre o abuela tenía alguna relación sentimental, que podía ser víctima de violencia, es decir, mujeres revictimizadas por sus propios afectos”.Las mujeres mayores que sufren violencia, un flagelo invisible