Viernes a la mañana. Afuera la tormenta de Santa Rosa dice presente en su día de forma puntual. Dentro de la escuela San Juan Diego, en Juan José Paso y avenida Sabín, los alumnos de primer y segundo año de la secundaria se juntan en un aula para una clase especial de Educación Tecnológica. Junto a Mónica, la docente, están Milagros y Josefina, dos jóvenes de 23 años que enseñan a construir composteras para convertir la basura en humus y también capacitan sobre energías renovables. 

Después de diez viernes de talleres, dejarán en el colegio bicultural del noroeste dos composteras grandes de 60 litros que se nutrirán con los restos del comedor. El abono lo usarán en la huerta que tienen y las frutas y verduras de la producción se piensan como posible rédito económico.

La otra pata del proyecto es explicar cómo se hace un termotanque solar: montarán uno en el techo de la institución. Son caños que se calientan con los rayos del sol, forman una especie de parrilla y cuando el agua pasa del tanque normal a otro que agregarán se calienta y se produce un ahorro energético.

Milagros Frías y Josefina Frey integran el grupo del proyecto "Energía y Compostaje para el Futuro" Es uno de los ganadores del Fondo Jóvenes en Acción Climática 2024, que seleccionó y financia 17 proyectos con hasta tres millones de pesos.

Alan Monzón/Rosario3

 

Otra de las acciones que ya están en marcha es la construcción de biodigestores para separar residuos y generar gas. O colocar medidores de aire para conocer el daño que genera el humo que viene de los incendios en el Delta del Paraná. También abarca obras puntuales como la intervención de un edificio de la Facultad de Arquitectura de la UNR con “una capa natural de enredadera” para la "eficiencia energética".

El Fondo es promovido por Bloomberg Philanthropies junto a Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). Rosario es una de las cien ciudades de todo el mundo que participan del despliegue. Un jurado premió “la calidad, relevancia y pertinencia” de las iniciativas de jóvenes de escuelas, instituciones y facultades. Lo que sigue son algunos ejemplos.

1. Termotanque solar y composteras

 

Milagros y Josefina le cuentan a los chicos y las chicas de primer y segundo año de la San Juan Diego qué materiales se usan para el compost. Sobre un escritorio hay seis botellas y botellones de plástico con ejemplos a pequeña escala que hicieron los alumnos más temprano. 

Proyectan un video sobre el pizarrón verde con qué cosas se pueden usar y cuáles no. El audiovisual detalla la mezcla de húmedos (cáscaras de frutas, verduras y huevos pero no comida cocida ni carnes, restos de yerba, café o saquitos de té) y los secos (hojas de árboles, pasto, papel sin tinta, trozos de cartón o hueveras).

Alan Monzón/Rosario3

 

Mientras el audiovisual avanza, repasan lo que ya aprendieron.

–Después de mezclar todo hay que revolver una vez por semana. ¿Por qué? –pregunta Josefina y los chicos se miran y dudan antes de responder.

–¿Qué es lo entra por la ventana? Eh...–ayuda una de las seños.

–Aire –arriesga una chica que levantó la mano.

–Oxígeno –agrega otro alumno.

–Síiiii –responden las talleristas y las docentes, entre ellas Mónica, que hace 20 años da clases en la escuela y tiene 20 cursos a su cargo. Cuenta que a los chicos les gusta la idea porque ya vienen trabajando el tema desde la primaria.

Alan Monzón/Rosario3

 

Sacan ocho botellas de plástico. Las cortan con una trincheta y empiezan a seguir los pasos que acaban de repasar. Hojas y papel abajo de todo. Una chica agarra tierra con la mano y la pone arriba de esa primera capa. Otra vacía una bolsa con cáscaras de naranja, una más tritura restos de huevo. Un chico suma pedacitos de cartón cortados. Y así siguen por grupos.

El proyecto "Energía y Compostaje para el Futuro" incluye la construcción e instalación de un termotanque solar y dos composteras, con el objetivo de reducir el consumo de energía eléctrica y fomentar prácticas sostenibles. 

“Este proyecto no solo reducirá costos y el impacto ambiental de las instituciones participantes, sino que también servirá como modelo a seguir y educará a las futuras generaciones en estas prácticas”, plantearon en la iniciativa premiada por el Fondo.

El grupo son cinco jóvenes que estudian Ingeniería Ambiental en la Universidad Católica (UCA) y se juntaron con la Asociación Civil Nodo Tau para poder recibir la beca.

2. Biodigestores en zonas de basurales

El proyecto "Encender la llama" de la ONG Orillas tiene como objetivo mejorar la gestión de residuos en barrios de Rosario mediante la construcción de biodigestores, que convertirán residuos orgánicos en biogás para uso en comedores e instituciones sociales sin acceso a gas natural.

Este enfoque busca reducir la cantidad de basurales. También fomentar la separación de residuos y la producción de energía sustentable, promoviendo prácticas comunitarias y colectivas. 

El grupo recibirá el “aporte no reintegrable de 3 millones de pesos" y con eso esperan cubrir los gastos de seis biodigestores más los materiales para las capacitaciones y los traslados. Carolina Roldán, una de las cofundadores de la ONG Orillas, explicó a Rosario3 sus alcances.

–¿Qué es un biodigestor y para qué sirve?

–Los biodigestores son tanques en donde se pone la basura orgánica. Con un proceso que se genera, por cómo se diseñan esos espacios, produce gases. Ese gas sirve para prender la cocina o para bañarse. A lo mejor no te va a dar mucho caudal todo el tiempo pero para usar un rato o una ducha sirve.

–¿Dónde los van a colocar y quiénes los manipularán?

–La idea es ponerlo en distintas instituciones que tenemos relevadas, sobre todo en sectores donde hay muchos basurales. Queremos mostrar cómo separando los residuos y con la misma basura orgánica te puede servir para generar energía. Sobre todo hoy que comprar una garrafa te sale mucha plata y hay muchas zonas de la ciudad que no poseen gas natural. Hay varias instituciones con comedores o que trabajan con jóvenes, incluso en Orillas no tenemos gas. La idea de los biodigestores es instalarlos en esos lugares y poder capacitar tanto a las instituciones como a las vecinas y los vecinos.

 

–Si no entendí mal, van a construir los equipos y hacer capacitaciones durante el proceso. ¿Harán talleres en cada lugar?

–Vamos a hacer rondas de capacitación. Primero de la importancia de la separación de la basura, de los distintos residuos orgánicos y qué beneficios te trae cada cosa. Después, vamos a enseñar cómo se construyen estos biodigestores. En cada barrio donde lo vamos a instalar haremos estas dos rondas de capacitación.

–¿Cuál es el resultado esperado al final del proyecto?

–Es llevar este servicio esencial, el gas, y generar energía desde la basura. El problema ambiental es grande porque cada vez hay más microbasurales en distintos puntos. Ahora podemos hacer seis biodigestores pero la idea es poder multiplicarlos y, con las capacitaciones, cada vecino podrá hacerlo en su casa. Con el separado podemos mejorar esta problemática, entender que la basura orgánica puede ser un recurso, también para el compost, para hacer tierra. Acciones que además tienen salidas laborales. 

–¿Qué es Orillas?

Es una ONG que trabaja hace 14 años en el barrio República de la Sexta. El fin es generar oportunidades para que todos y todas tengamos los mismos derechos, y contribuir a la disminución de la pobreza siempre desde la educación y siempre escuchando a las personas, sus problemáticas y qué les gustaría hacer.

No hacer asistencialismo sino dar herramientas para que pueden desarrollarse en el futuro y buscamos fomentar el pensamiento crítico, para tener una idea de la realidad. En general trabajamos con niñas, niños y jóvenes pero hace unos años los chicos empezaron a traer a sus padres, para que puedan terminar de estudiar. Tenemos un Eempa de adultos.

La responsable del proyecto es Valentina Roldán y en el equipo están Leyla Fretes, Agustín Pereyra, Ludmila Pavia, Karen Giménez, Ariana Palacio.

3. Medir el aire y el impacto de los incendios en las islas

 

El proyecto "Aire Global" se enfoca en concientizar sobre los incendios en el Delta del Río Paraná y sus consecuencias ambientales mediante la medición de la calidad del aire en la ciudad. Permitirá a los rosarinos tomar decisiones informadas sobre su salud, generando conciencia sobre la quema de humedales y sus consecuencias.

La propuesta incluye la colocación de medidores en puntos estratégicos, jornadas de concientización en espacios públicos, interpretación y difusión accesible de los datos y elaboración de informes semanales.

Según explicó Lila Victoria Soldano, de Global Shapers Rosario, los medidores son dispositivos pequeños que informan valores de temperatura, humedad relativa, dióxido de carbono, PM1, PM2.5 y PM10 (unidades de material particulado). “Los datos más relevantes para nuestro proyecto son las concentraciones en vivo de los distintos tamaños de material particulado (PM)”, describió. 

El plan es lograr un mapeo representativo. “Ya estamos comprometidos a instalarlos en establecimientos de la UNR, la UCA y la cooperativa de trabajo Nodo Tau; y seguiremos avanzando con las gestiones para conveniar también con la Municipalidad, la UTN y otros aliados estratégicos claves”, agregó.

Además de un insumo para estudios de largo plazo, la herramienta puede ser muy útil para graficar el impacto que tienen los días con humo denso por los incendios en las islas. “Los dispositivos que instalamos permiten la obtención de datos en tiempo real”, aclaró Lila y sumó que los días críticos “informaremos los datos específicos de esa jornada”.

“La información es de acceso público y puede consultarse en todo momento. Además, la empresa que nos provee los medidores dispone de una página web donde cualquier usuario puede consultar los valores en tiempo real”, señaló.

Global Shapers es una iniciativa voluntaria y joven del Foro Económico Mundial. Es una comunidad internacional compuesta por unos 11 mil voluntarios, con alrededor de 500 hubs (centro logístico o nodo) en todo el mundo, presente en 155 países, cuyo lema es “soluciones locales a problemas globales”. Aire Global es uno de los cinco proyectos del hub de Rosario.

4. Enredaderas en la Facultad

 

"Eficiencia energética en edificios. Estrategias para mitigación de la isla de calor urbana" propone una intervención sobre uno de los edificios de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la UNR. El plan es crear “una capa natural de enredaderas” en una de las fachadas.

“Se trata de desarrollar una segunda piel vegetal, que además de proporcionar sombra a las superficies vidriadas, actúa como un aislante térmico natural”, explicó Eugenio Ruiz Blois, estudiante de la facultad y responsable del proyecto juvenil.

La intervención se hará en el contexto del Plan Local de Acción Climática Rosario 2030 y sobre una pared del edificio Innova, donde está la Escuela Preuniversitaria de Ciencias Sociales, a un lado de la facultad. 

“El uso de enredaderas en las fachadas representa una solución sostenible y estética, que aprovecha los saberes científico-técnicos de la arquitectura ambientalmente consciente”, agregó el vocero del grupo que integran cinco jóvenes de entre 19 y 22 años (Lautaro Riveros, María Zof, Ignacio Galleano y Juan Martín Sanchez).

Experimentarán con “configuraciones diversas y diferentes especies de trepadoras (Bignonia Venusta; Jazmín de Leche; Doxanta unguis-cati” con “criterios de sostenibilidad y bajo impacto ambiental, reduciendo la huella de carbono asociada al transporte y promoviendo el uso de recursos locales”. 

La incorporación de una capa de enredaderas en la fachada no solo contribuye a la eficiencia energética y al confort térmico (lo que reduce el consumo), sino que también potencia la conexión del edificio con su entorno natural y enriquece el paisaje urbano. Coincide con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS o Agenda 2030).

El trabajo avanzará semana a semana y estará finalizado el 30 de octubre. Pero la idea es, de alguna manera, el inicio de una acción. “Si bien es demostrativo, también lo hacemos a modo de estudio de cuál es la alternativa más viable en forma económica-ecológica y en mantenimiento. Más que nada buscamos hacer concientización en los chicos que concurren al lugar”, completó Eugenio.