Aumentar, aumentó. Pero aun así los porteños pagan el boleto de colectivos muchísimo más barato que en Rosario y el resto del interior del país. La tarifa mínima en Buenos Aires pasó de 270 a 371,13 pesos para quienes utilicen la tarjeta Sube registrada. Mucho menos que la que cubre un rosarino, de 940 pesos. El secreto de la diferencia está en los subsidios, absolutamente concentrados en el Amba, aunque días atrás el gobierno nacional anunció un recorte. 

Los lugares donde el boleto está más caro es en  Pinamar, Pergamino y Bariloche, con boletos que alcanzan los $1591, $1400 y $1275, respectivamente.

La Red Federal de Intendentes, que incluye al rosarino Pablo Javkin, apuesta a que el Congreso sancione una ley que permitiría destinar parte de lo que se recauda por impuesto a los combustibles para destinarlo al transporte del interior. El objetivo es no tener que trasladar nuevos aumentos a los usuarios.

Pero en el Parlamento no parece haber consenso para una iniciativa que iría contra la voluntad de un gobierno nacional que privilegia que no haya déficit fiscal ante todo.

Así las cosas, y luego de la difusión de que el estudio de costos del transporte rosarino dio que sin subsidio alguno el boleto en Rosario debería valer 1.423,44 pesos, es más que probable que el intendente, que tiene facultades delegadas para hacerlo, firme en septiembre un nuevo aumento de la tarifa. Es que de acuerdo a la norma del Concejo Municipal que lo autoriza, no puede haber subas hasta el mes próximo y las mismas no pueden superar la inflación acumulada desde el anterior aumento. En junio pasado fue que se fijó la actual tarifa de 940 pesos.