Anaka acaba de cumplir 6 años y habita en el zoológico de Atlanta, Estados Unidos. Para celebrar la ocasión, los empleados del zoológico le hicieron algunas fotos y la gente descubrió algo sorprendente: una de sus manos es humana.
En esa mano no tiene pigmento y su piel es color rosa, dándole un aspecto totalmente humano. Como ocurre en todos los gorilas, la mano de Anaka tiene pulgares opcionales y huellas dactilares únicas que los investigadores han llegado a utilizar para diferenciar unos gorilas de otros.
Ella es una gorila occidental de llanura y al tener vitiligo en su mano, una falta de pigmentación, se produce el asombroso parecido. La hipo-pigmentación es un mal meramente estético que no supone ninguna amenaza a su salud. Es por ello que no existe tratamiento para revertir el vitiligo.
Dentro de las causas más comunes que originan el vitiligo están las hereditarias, como la ausencia total de pigmento debido al albinismo. Aunque Anaka es una gorila, su comportamiento es muy similar al de los humanos, mucho más grande que en otros de su especie. Los cuidadores del zoológico dicen que le "grita a su mamá y a los demás para que le den comida y jugo, y es común verla trepada en el lomo de sus hermanos jugando".
Según publicó Clarin, lo importante es que el ser humano comprenda que los gorilas están desapareciendo y si treinta años atrás existían 17.000, hoy se cree que no arriban a los 9.000.