Esta semana se cumplen tres décadas de uno de los crímenes más resonantes del país: el asesinato de María Soledad Morales; en rigor, el primer femicidio que sacudió al poder político de Argentina. El caso tuvo una amplia repercusión a nivel nacional y terminó con la renuncia del entonces gobernador de Catamarca, Ramón Saadi. María Soledad tenía 17 años cuando la encontraron muerta, violada y desfigurada en un descampado de Catamarca. Hubo dos hombres condenados que hoy gozan de libertad.

Luis Tula y Guillermo Luque, hijo de un diputado nacional, fueron detenidos y condenados a fines de 1990.

Según informó Télam, Tula tiene hoy 59 años, vive en la zona céntrica de Catamarca, tiene dos hijos con su expareja, es abogado penalista tras estudiar en la cárcel y tiene un estudio jurídico ubicado en la calle Rivadavia al 800.

Luque tiene 54 años, también vive en pleno centro catamarqueño, tiene un hijo y se mantiene con las rentas de las propiedades que le dejó su familia.

El crimen de María Soledad y el estremecedor recuerdo de su mamá

 

María Soledad fue vista con vida por última vez el 7 de septiembre de 1990 cuando fue a bailar a la elección de la reina del estudiante del colegio del Carmen en la capital catamarqueña. Tres días después, cerca de las 9.30, María Soledad fue encontrada violada y asesinada, con el cuerpo desfigurado y semidesnudo, por trabajadores de Vialidad.

A propósito de los actos en conmemoración por el crimen de su hija, Ada Rizzardo recordó que al día siguiente de su desaparición, el sábado 8 de septiembre de 1990 –un día como hoy, pero tres décadas atrás– vivió un momento estremecedor cuando la esperaba.

"Yo sentí un llamado, que mi hija, que me dijo «¡Mami!». Fue algo tan profundo que sentí en el corazón. No sé, si fue un llamado de desesperación, de despedida o de dolor, pero ese llamado me hizo empezar a ponerme en alerta", contó.

Hoy, el lugar donde fue hallado el cuerpo junto a la ruta 38, a seis kilómetros del centro de San Fernando del Valle de Catamarca, solo puede reconocerse por un monolito despintado.

El asesinato de María Soledad tuvo una amplia repercusión a nivel nacional y terminó con la renuncia del entonces gobernador Saadi.