Hoy es el día de los trabajadores y trabajadoras y tres dirigentes de los principales sindicatos de la ciudad hablaron sobre el futuro del trabajo, la necesidad de reformular leyes laborales, la representatividad de los dirigentes sindicales, el por qué no tiene peso la CGT Rosario y la falta de participación política partidaria de los gremialistas. Los interlocutores dijeron que hay una estigmatización sobre ellos, defendieron el modelo sindical argentino y debatieron sobre los desafíos por venir.
Rosario3 reunió en una misma mesa al secretario general de Luz y Fuerza Alberto Botto (60 años de edad) quien hace 27 años inició su camino en el gremio y hace 7 que está al frente, a la actual secretaria general de La Bancaria Analía Ratner (41) que se viene desempeñando en distintos cargos desde 2010 y hace cuatro fue electa para ocupar el sillón principal, y a Martín Lucero (44) líder de los docentes particulares cuya carrera sindical comenzó cuando empezó a dar clases allá por 1998 y hace una década está al frente del Sadop.
-¿Qué escenario enfrenta el mundo laboral después de la pandemia?
-Botto: Con la pandemia a nivel mundial se han perdido 200 millones de puestos de trabajo registrados, según datos de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Eso agrava mucho la situación del mundo laboral. Pensando en el futuro, se prevé que unos 800 millones de puestos de trabajo pueden ser reemplazados por la robótica. Todo esto hace que un día como el de hoy también se reflexione.
-¿Estamos con leyes laborales del siglo pasado para legislar el trabajo del futuro?, ¿no hay que discutir las leyes laborales vigentes?
-Lucero: Con la pandemia cambió el mundo del trabajo, cambió la modalidad y las formas de prestación de los servicios. Ahora estamos en el mundo del emparche, fundamentalmente en Argentina. Tenemos que avanzar en legislaciones para escenarios mucho más complejos para todos. No todo será igual. El mundo te va a llevar a un nuevo desafío y que en lo laboral se trata de no perder derechos y salir con mejores derechos. A la intervención de la tecnología hay que pensarla en el sentido en que ésta pueda generar más puestos de trabajo y mejor calidad de trabajo, por ejemplo en mi gremio diversificar aún más la tarea docente y llegar a lo diverso. Y eso lo podes hacer con la tecnología. Hoy no estamos bajo ese contexto de pensar así la tecnología, más bien la intervención de la tecnología se da a los ponchazos.
-Ratner: Es necesario reformar la legislación para no perder derechos. Es necesaria por ejemplo una ley de teletrabajo. Hoy muchos compañeros y compañeras están tele-trabajando y tienen la oficina en su casa. Que se regule el futuro del trabajo, que se sostenga y no se precarice. La ley de teletrabajo es una respuesta para no precarizar.
-Lucero: Hay que tirar las cartas sobre la mesa y discutir cara a cara con los empresarios la intervención de la tecnología y las leyes laborales. Pero fundamentalmente en qué contexto estamos dispuestos a discutir las leyes laborales. Si vamos a discutir para reducir derechos y precarizar, nosotros vamos a estar del otro lado. Ahora si lo vamos a hacer en serio y por una sociedad mejor, la discusión entre las partes puede salir. Hoy no vemos ese contexto.
-Botto: Está demostrado que en Argentina con las leyes actuales se pudieron crear fuentes de trabajo. Nadie está cerrado a discutir siempre y cuando se respeten derechos y no se toque el modelo sindical argentino. He visto dirigentes gremiales de los países centrales que no tienen relatos de resistencia o de ampliación de derechos. Solamente relatan decisiones patronales. Hay que replantearse bajo qué contexto y qué queremos discutir. Si hay que poner al trabajador de rodillas, desequilibrar fuerzas o suprimir a los sindicatos de la discusión salarial, eso sin duda hará que los trabajadores pierdan su condición de vida. A partir de ahí, pierde la sociedad en su conjunto. Cuando el trabajador está bien y tiene poder adquisitivo, funciona la economía. -¿No hay que cambiar el modelo sindical con formas más democráticas de elección para que dirigentes no se perpetúen en sus cargos? -Botto: En nuestros sindicatos renovamos permanentemente, debemos rendir cuentas día a día. No es una situación estanca, tenemos que reinventarnos. El gremialismo tiene desafíos que antes no tenía. Hoy hay que tener una mirada más intrínseca, ser solidarios con diferentes organizaciones, vincular alianzas de otras características, hemos adherido al pacto global de Naciones Unidas, y eso es lo que hacemos. Tratamos desde el sindicato mejorar la sociedad. -Ratner: Los dirigentes son elegidos democráticamente. Este es mi primer mandato y si bien voy a tratar de renovar, hay nuevos dirigentes. El sindicalismo se ha renovado, la actualidad nos renueva. Hoy no discutimos solamente lo salarial. Reclamamos cuestiones de género, pedimos más participación y bienvenida la renovación. Si la sociedad cambia, el gremio también. -Botto: La renovación es constante. Esto de la necesidad del recambio de dirigentes sindicales refiere a determinadas figuras del orden nacional. Nuestros compañeros saben dónde vivimos, dónde buscarnos y cómo vivimos. -Lucero: Hay que sacarse la careta. Cuando hablan de la renovación del sindicalismo viene escondido el pedido de terminar con el modelo de sindicato único, que es lo que el capitalismo argentino quiere. En Estados Unidos, por ejemplo, es la empresa la que paga a los trabajadores el servicio de salud y no los sindicatos. Pero resulta que hace poco se dio la primera agremiación del personal de las empresas tecnológicas y de software, el único modelo que encuentran es juntarse todos y discutir con las grandes corporaciones. El modelo sindical argentino es muy efectivo y beneficioso. Cada vez que hablamos de reforma sindical se trata de quitarle el poder de negociación a los sindicatos y ver cómo se optimiza la ganancia en detrimento de los sindicatos. Siempre aparece un proyecto de un legislador sobre el tema, pero habría que preguntarle a qué sindicato estuvo afiliado y saber cuál fue su experiencia en ese sentido. No la tuvieron. Es como si yo como hincha de Central quiero cambiar el estatuto de Newells. Pero suponte que no cancelemos esa discusión, ahora bien a nadie se le ocurre cambiar el modelo de representación de las asociaciones empresariales. Cuando hablan de la renovación del sindicalismo viene escondido el pedido de terminar con el modelo de sindicato único, que es lo que el capitalismo argentino quiere Siempre son los mismos que se juntan para discutir salarios. Tienen más años de representación gremial que los sindicalistas, pero nadie discute cuántos años están allí. Vayamos a discutir en serio entonces. A veces a la sociedad le cuesta ver quiénes son los verdaderos representantes de los trabajadores. Cuando la tapa de un diario muestra a un dirigente sindical con autos y mansiones se cree que todos son iguales, y tampoco detrás de esos malos ejemplos no ponemos a los dirigentes empresariales que evaden impuestos. -¿Por qué no se ha podido consolidar la CGT Rosario en los últimos tiempos? -Lucero: Pueblo chico, infierno grande….. -Ratner: Lo hemos hablado. Es una deuda grande. Aunque no estamos solos, cada vez que uno tiene un problema, somos solidarios entre los distintos sindicatos, hemos estados todos juntos más allá de qué línea vengamos. Estamos en camino. -Botto: Es una necesidad y nos tenemos que hacer cargo los dirigentes. Estamos trabajando en ese sentido. -Lucero: Creo que tiene que ver con los dirigentes, a pesar de que alguno se me enoje. Es muy difícil armar la CGT Rosario porque los sindicatos de la ciudad son buenos y somos todos representativos. Cuesta muchísimo que un dirigente se ponga debajo de otro y está la política también. -Ahora si son tan buenos, ¿cómo puede ser que no haya dirigentes gremiales con representación política o parlamentaria, que no estén en las listas? -Botto: El movimiento obrero históricamente tuvo un 30 por ciento de participación fundamentalmente en el peronismo. Esto se ha perdido desde los 90 en adelante. Estamos más enfrascados en defender lo nuestro y no en la política. Esto tiene que volver a recuperarse porque la visión de los trabajadores no puede ser reemplazada por alguien que no representa a una institución democrática como los sindicatos. Trabajamos para que el gremialismo pueda tener su lugar de representación en todos los espacios. Hoy hay compañeros que están en el Ministerio de Trabajo de la provincia por ejemplo. -Lucero: Es que la política ha mutado. Hoy es el momento del periodismo. Por qué un partido político va a poner la cara de un sindicalista que le quita días de clase a sus hijos. Garpa más que esté Amalia Granata que cualquiera de nosotros. La corporación política viene a golpear la puerta de los sindicatos en la campaña pero no cuando se reparten las listas. Salvo la izquierda, ni el peronismo, el radicalismo, el socialismo o el PRO han incluido dirigentes sindicales en sus listas. Somos buenos para comer asados pero cuesta que armen la lista con sindicalistas. Es mejor cumplir con un militante barrial que no es conocido en lugar de un sindicalista. -Ratner: Los sindicalistas estamos estigmatizados. Para la sociedad, porque algunos políticos hacen las cosas mal, todos son corruptos. Con los dirigentes gremiales pasa lo mismo, somos todos gordos y corruptos. Y no es así, no somos todos iguales -Lucero: Es una mala época para ser gremialista. Hay un discurso muy instalado que deslegitima y tienes que aguantarte que te digan que no trabajas, que robas. Y creo que trabajamos y estudiamos mucho más que otros. No me merezco como dirigente que pasen mi teléfono a los padres para que me puteen por los paros. No es una buena época. Si me hubiera dedicado a la actividad privada hubiera tenido más plata que habernos dedicado al sindicalismo. No es buena época para nosotros y nuestras familias. También tenemos que hacernos cargos de nuestros errores y que la sociedad se ha violentizado. -Analía, ¿el sindicalismo es machista? -Ratner: Al comienzo me lo hicieron sentir. En un plenario de delegados, tiré una idea y tuvo que salir un compañero con la misma idea para que la aprobaran. Históricamente los sindicatos eran organizaciones de hombres. Pero con el tiempo se han ido deconstruyendo y las reformas de estatutos han ido logrando que las mujeres participen. Incluso hoy en Rosario somos varias las que ocupamos cargos en las conducciones. -¿Temen la inserción de dirigentes desde la izquierda que pongan en peligro la conducción de vuestros sindicatos? -Botto: No. Lo que fortalece a la gestión es la acción gremial con los nuevos desafíos que ya no se circunscriben al gremio en sí mismo. En Luz y Fuerza tenemos un vacunatorio que incluso fue elegido por la provincia en la pandemia, tenemos una campaña solidaria con la que ayudamos a muchas organizaciones con platos de comida, nuestras redes de contención hicieron que con el Covid no se colapsara el sistema de salud. Cumplimos una función, más allá de la paritaria o la defensa de los puestos de trabajo. Es un desafío diario. -Lucero: Se ha instalado en la sociedad que los sindicatos son instituciones viejas. Pero la verdad es que cuando tengas un problema de trabajo o de salud, el único que te va a salvar es el sindicato. Después ocúpate de elegir mejor a los representantes de manera democrática. Hay que recomponer nuestra relación con los sectores medios y con aquellos que han perdido la confianza.